domingo, 5 de mayo de 2013

Obsesivo

Soy una de esas personas raras que se fijan en todos y cada uno de los pequeños detalles de la vida, soy de esos que se quedan viendo las materas de la casa para observar las plantas y toda la pequeña vida que las rodea. Soy un enfermo con mis plantas, las miro, las detallo, las toco, las huelo y puedo quedarme 1 o 2 horas enteras apreciándolas. Y es que me encanta la herbología, y la vida y los pequeños insectos de colores que veo en ellas.

Y soy igual en todas las cosas en  las que me fijo. Es raro porque a pesar de ser un tipo relajado resulta que soy muy prolijo para algunas cosas. Soy de esas personas que no se conforman con una palabra hasta haberla escrito bien, y me molesta mucho cuando escribo una palabra y me toca escribirla 3 o más veces puesto que me equivoco y no la escribo de manera correcta, o cuando estoy friendo papas, detesto ver papas montadas una encima de la otra mientras se fríen, si no están todas al ras de la olla, no estoy contento.

También detesto enormemente cuando el plato de comida no queda bien ordenado, las papas deben de ir a un lado, el arroz por el centro o tomando la mitad del plato, y la ensalada o la carne abajo de las papas, de no ser así, la comida se me amarga, igual que mi genio. Detesto las cosas mal organizadas, pero es paradójico, puesto que mi cuarto es un maldito campo de batalla, con ropa, empaques de dulces en el piso, y demás cosas regadas por el suelo.

Detesto que mi cabello quede desordenado cuando me peino, por eso lucho por minutos para que ningún mechón quede fuera de lugar, obviamente a mi no se me para... el pelo, por eso luego de luchar para peinarme cuando salgo a la calle ya mi cabello esta abajo, durmiendo, acostado, es un maldito pelo de coreano.

El otro día haciendo pizza en mi casa me puse obsesivo con el jamón y los champiñones, puesto que siempre veía espacios vacíos entre los ingredientes, y pasé cerca de 20 minutos colocando champiñones y pedacitos de jamón donde me parecía que habían espacios en blanco, de hecho fue algo bastante desesperante puesto que a la final me tuve que comer la pizza con pedazos en blanco que nunca me pude explicar de donde mierda salieron.

Y toda mi vida ha sido así, siempre busco hacer las cosas de la manera más perfecta posible y a la final me frustro porque me doy cuenta que soy realmente un pésimo perfeccionista y de cualquier manera siempre dejo las cosas a medio andar. Me odio a mi mismo, paz.



viernes, 3 de mayo de 2013

Volviendo a ser normal

Todo el mundo que me conoce sabe que soy una persona alegre, descomplicada, relajada, amistosa, y feliz. Pero, actualmente las cosas han cambiado, ya no soy el mismo chico de antes que veía siempre el lado bueno de la vida, ya que algunas cosas han pasado que me han hecho cambiar mi manera de ser. Ya me di cuenta de todo, ya me di cuenta que aunque yo así lo quiera, la vida no es color de rosa y que las cosas malas a veces suceden; me dicen a diario que he cambiado, detesto que me diga eso, o que me pregunten si me ocurre algo, pero la verdad es que sí, he cambiado y no sólo eso, sino que además si me ocurre algo, no sólo me ocurre algo, me ocurren muchas cosas. 

Mi intensión no es cambiar con las personas y que mi nueva forma de ser afecte a los demás, pero si hay algo que tienen que entender los que me rodean es que he desarrollado esa cosa asquerosa que los humanos comunes le llaman "sentimientos", es una desgracia para mi, puesto que nunca he sido sentimental y no estoy hecho para ser sentimental, pero bueno... Supongo que las cosas tienen que cambiar a medida que pasan los años. Esa cosa desagradable que le llaman "madurar".

Pero tranquilos, no todo es malo, en estos días aprendí a hacer soniditos con las manos, silbar con las manos jajajaja, es algo bastante entretenido, también tengo que decir que conocí el amor, o si no lo es, entonces es bastante parecido y eso también es algo para resaltar. Y por si fuera poco aprendí a crear circuitos, aprendí un lenguaje de programación de computadores llamado C++ y me he transformado en un poeta cursi y buena gente.

¿Entonces que dicen? ¿He cambiado o no? Si piensan que no, igual no me importa y si piensan que sí bienvenidos sean sus buenos deseos para con mi nueva personalidad. Los quiero, un besito en las nalgas a cada uno de ustedes.

martes, 4 de septiembre de 2012

Mi madre y yo

Todos los días recuerdo mis momentos especiales del pasado, recuerdo los juegos de niños, el colegio, mis amigüitos (con diéresis adrede) y cosas especiales que me sucedieron. Pero sin duda alguna, una de las cosas que más recuerdo de mi infancia fueron las coñazas o cagadas a palos o reventadas de orto que me propinaba mi madre, correazos con ira, golpes en los brazos, latigazos por ese culo y demás maneras de castigo; castigo psicológico y verbal.

Fue una etapa un tanto dura pero sin duda alguna memorable, después de todo, son momentos íntimos que forman parte crucial de mi relación con mi madre, de hecho, le doy las gracias... inclusive pienso que eso es lo que ha necesitado la gran mayoría de jóvenes en la actualidad, coñazos y maltrato verbal, obviamente sin excederse claro está.

Los niños fresita de la actualidad, de esos que les gusta Justin Bieber, que montan fotos a las redes sociales prácticamente desnudos solo para obtener "likes" algo que si lo miras desde un punto de vista normal, la verdad son más inútiles que las tetas de los hombres; A menos claro que seas actor porno o algo así, esos que les gritan a sus mayores, esos que se la quieren dar de graciositos a toda hora, esos que no entienden un "No" por respuesta, ésos malcriados hijos de puta, ésos... Ellos son gente que sin dudarlo un minuto, deberían haber recibido más palos que gata ladrona, como dice mi mamá.

Cuando mi madre estaba a punto de pegarme correazos siempre la atmósfera de mi cuarto se tornaba pesada, y a veces contagiaba la atmósfera de la casa entera, el morbo del momento era súper fuerte. Mi mamá siempre se paraba en la puerta de mi cuarto con una mano en la cintura y con el brazo libre relajado apuntando hacia abajo, obviamente con el cinturón preparado y listo para la acción; lo que me hace recordar que siempre ponía la cara de mayor seriedad que he visto en mi vida en una persona, una cara más intimidante que la de cualquier ser vivo. El ritual casi siempre era el mismo, me observaba durante todo el proceso de recoger mi cuarto, encontrar el zapato perdido, preparar la ropa para el colegio del día siguiente o cualquier mierda que me había repetido durante días y no me había dado la regalada gana de hacer. 

Y cuando finalmente yo concretaba mi tarea, pensando que me había salvado, mi madre empezaba a recordarme las mil y una veces que me había dicho lo que tenía que hacer. Hasta que finalmente luego del discurso y la reprendida verbal respectiva, comenzaba finalmente la acción. Correazos van y correazos vienen, se volvía una bestia, me repetía una y otra vez que me lo había advertido y gritaba mi error acompañado de la melodía del sonido a latigazo, mis gritos y mis lágrimas derramadas en toda mi habitación.

Finalmente abandonaba mi habitación, no sin antes hacerme la advertencia de rigor y así concluir otra paliza más que seguramente quedaría en mi recuerdo durante varios meses, o incluso meses, y la verdad hasta años. Pero yo era un niño fiel a mis creencias, por lo tanto, volvía a caer en el mismo círculo vicioso una y otra vez. A mi me parece que en algunos casos mi madre lo disfrutaba, era des estresante para ella, en algunos casos, mis hermanas se metían en medio y me rescataban, en otros casos mi fortuna era bastante desafortunada valga la redundante frase y no había humano que me pudiese rescatar de mi destino inexorable, una paliza agria y bastante energética. 

A todas estas quiero a mi madre y aprecio todo lo que hizo por mí, ojala hubieran más madres como ella, pero la sociedad actual esta en declive, los valores se van perdiendo y los psicólogos son cada vez más caprichosos, todo parece indicar que cada día seguirán surgiendo padres de mierda hasta que todos seamos humanos carentes de valores y sentido común y se acabe el mundo.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Tristeza y su significado.


La tristeza es un sentimiento humano, como tal, nos persigue a 
toda hora y en casi cualquier lugar del mundo la podremos 
encontrar. Es uno de los sentimientos que más comúnmente se 
expresa, y la verdad es uno de las más destructivos y 
estúpidos. Pero lo que si esta claro es que la tristeza nos ha 
afectado a todos y cada uno de los seres humanos. De eso no 
hay ninguna duda.

¿Pero que puede hacernos entristecer? bueno les contaré, el 
otro día iba caminando por la calle pensado en muchas cosas, 
en la chica que me gusta, en la vida, en mí vida, en mis 
cosas, en fin vainas mías...

Me dirigía al mercado, puesto que mi madre esa mañana me había 
pedido el favor de ir a comprar algunas cosas necesarias para 
la casa. No era la gran cosa la verdad, era una tarea 
sencilla. Lo que la hizo dificil paso mientras hacia la fila 
para pagar las cosas.

Tan solo una persona es necesaria para destruír la vida de 
otra, en un instante, en un momentito; y lo puede hacer 
incluso hasta sin querer. Un hombre cargado de pacas de 
cerveza destrozo mi vida. ¡Dejó caer 3 pacas!, o sea, reventó 
cerca de 36 cervezas de un solo golpe. 

No he podido dormir bien desde entonces, las imágenes 
horribles se han instalado en mi mente, el trauma psicológico 
durará mucho tiempo.

La vida no ha sido, ni será la misma desde entonces.

lunes, 6 de agosto de 2012

Razones de sobra para pegarse 43 pajazos seguidos y morir lentamente.

Esto va para los hombres.

Si alguien te dijera que es bueno hacer juegos previos antes de tener sexo, quizás estará en lo cierto, pero por las llamas del infierno, duele. Ahora entiendo cuando te dicen "dejarte con las bolas llenas", si la calentada de pijas te quitase 1 año de vida por cada vez que te pasa, se los digo sin que me quede nada por dentro, yo ya estaría muerto desde los 16.

¡Espera! ¿Tienes amigas calienta pijas? pues entonces estas en un serio problema, un problema bastante gordo y doloroso. Es una especie de piedra en el zapato; aunque actúas como si te gustara tener "esa" piedra en el zapato. ¿A quien no le gusta que las mujeres lo toquen?, le digan cosas cochinas o bonitas (Depende de ti.), ¿a quien no le gusta que la chica se te suba encima y te empiece a acariciar?. Creo que a todos, pero, si hay algo que de verdad es una hija de putada siniestra es que luego de hacerte todo lo previamente mencionado, al querer avanzar un poco más, ellas te frenen. "Ay Fuckensio, yo no se, tu eres mi amiguito, y yo te quiero mucho así..." No tengo la necesidad de completar la frase ni mucho menos continuar, la mayoría de nosotros sabemos lo que sigue.

¿¡Pero que carajo hacer!? llega un momento en el que la "calentada de pijas" se vuelve en vez de un beneficio o un "gustico" en una maldita pesadilla, luchas con las ganas de mandar todo a la mierda y meterle tu pene sin importarte si lleva aún puestos los pantalones, porque la verdad tienes el pene tan duro que puede atravesar  hormigón. En este caso lo único que queda es tornarse serio y pedirle que se coma la "comida" que ha calentado una y otra, y otra, y otra, y otra vez.

Déjate de mierdas y pídele sexo, o en caso tal dile que: A menos que quiera completar el proceso que inició, que se detenga ya que ese tipo de jueguesitos a ti no te gustan.

Hay 4 posibles escenarios:

1- Acepta y te la tiras y descargas los 400 mililitros de semen acumulado.

2- Se detiene te mira feo y te dice que no.

3- Te golpea y te dice que no le hables.

4- Se va y deja de ser tu amiga.

Lo bueno es que si te dice que sí, la pasas bien. Tómalo en cuenta.
Si te deja de hablar, nada que hacer, hay tantos peces en el mar...

Es la única opción, es lo más sano que puedes hacer. En serio.

Sino te gusta la idea de arriesgar una amistad buena y "bonita" por cancelar la calentada de pijas, bueno, sigue, después de todo, peor es nada... (Sí, claro...)

Por cierto soy bastante hipócrita, estoy dando consejos que no sigo...

viernes, 27 de julio de 2012

Una mañana, una tarde, que quedaran para la historia.

Todo el mundo sabe que nadie es perfecto, todos en nuestra vida tenemos defectos que en muchos casos opacan nuestras buenas actitudes. Pero no hablare de ese tema en si, hablare sobre lo casi perfecto que es nuestro cuerpo. Sí esa máquina grandiosa, esa maravilla de la bioingeniería de la naturaleza, un sistema más impresionante que cualquier otra cosa que pueda crear el hombre artificialmente, es simplemente una obra de arte de la evolución.

Pero, hasta el mismo cuerpo a veces falla, por no decir que le gusta "joder", no es que tenga razón propia ni mucho menos pero si de vez en cuando toca que atenerse a los problemas que surgen en el, uno de esos casos es cuando nuestro sistema digestivo no puede asimilar bien los nutrientes que le enviamos, cuando la comida simplemente se le hace difícil o casi imposible de digerir.

Recuerdo un día mientras trabajaba en un restaurante de comidas rápidas y comida mexicana del que era dueño mi padre, las cosas no iban bien, desde la mañana presentía lo que pasaría, estaba seguro que el destino ese día me iba a joder; no es que supiera, pero algo en mi vientre me decía que las cosas ese día iban a ser un poco más complicadas de lo común. El primer domicilio del día entregue, y fue ahí mismo cuando sentí un fuerte rugido en mi estómago, todo parecía indicar que las cosas se seguían complicando, el segundo domicilio fue el que delato mi estado en ese momento, ¡sí señor!, se venia una diarrea que creo que se llevo el premio a la más hija de puta que en tenido en todos los tiempos.

Entregué los domicilios correspondientes a las 11:45 de la mañana de ese día, y me fui despavorido a el servicio, limpié muy bien con alcohol y mucho papel higiénico el borde de la taza del inodoro, puesto que las personas pareciera que les cobraran si levantan la tapa para orinar; son unos cochinos de mierda, puse mi culo en el retrete y solo tuve que dejar de aguantar, la mierda simplemente salio sola, cuan catarata de mi culo, sonaba como si fueran truenos, y soltaba relámpagos de mierda por doquier con una fuerza, soltura y velocidad impresionantes, cabe destacar que la taza quedo completamente manchada de flujo diarreico.

No siendo más, continué mis labores de repartidor, esta vez me tocaban los domicilios de las 12:30, hora muy cargada de entregas. Todo volvió a recuperar su ritmo agitado, desgraciadamente cuando me faltaban 2 ó 3 entregas por hacer, volví a sentir ese rugido ronco y típico de una cagada épica. Terminé lo más rápido que pude los domicilios que me quedaban por hacer y me metí corriendo a todo dar al baño, para nuevamente descargar una ira y ferocidad incomparable sobre el inodoro, acompañado de una cara de sufrimiento y unos gemidos de dolor y debilidad. Ésta vez sorprendentemente cagué todavía más que la vez anterior, fue la verdad impresionante, y mi dolor era ciertamente tan fuerte como en la primera ocasión.

Salí recuerdo sudoroso del baño y con una cara de orto del otro mundo, mi padre me preguntó si estaba bien, obviamente yo estaba jodido, en las últimas, desahuciado, deshidratado y bastante molesto con mi estómago. Le respondí sincera y firmemente: "No papá, tengo una diarrea de gran magnitud", eso sí, en voz baja para no ahuyentar clientela con mi enfermedad, que simplemente no me iba a dejar cumplir con mi labor ese día por desgracia. Mi padre con todo el amor del mundo sacó 5000 pesos de su bolsillo y me dijo: "Dale, vete tranquilo, yo hago las demás entregas que faltan.".

Las leyes de Murphy son demasiado claras y verídicas, "siempre que necesites llegar rápido a cualquier sitio, será el momento en el que llegues más tarde.", mi culo estaba roto y quemado, el dolor y el ardor no eran normales, mis tripas estaban en un estado deplorable y mis ánimos estaban en el sub-suelo. Caminando rápido tome un taxi y con voz agitada y gruesa le dije la dirección de mi casa. No contaba yo que mi mala suerte ese día era gigante. Habían unos largos y lentos estancamientos en la carretera; tantos carros, tan poco tiempo.

Tan solo cinco minutos en el taxi fueron suficientes para que otras contracciones llegaran, el dolor era sorprendente, y la fuerza que tenia que hacer para aguantar el "shot" de diarrea era titánica. Filas largas que parecían estáticas, y un taxista conversador hicieron de mi viaje un maldito infierno sobre ruedas, además de ir acompañado por un calor asqueroso. El karma era una des las cosas en las que pensaba, mientras el taxista me sonreía y me conversaba sobre su música favorita y las "chimbitas" que veía por la calle. Yo solo me limitaba a asentir con la cabeza una y otra vez, y en algunos casos acompañar ese gesto con frases selectas: "Ajá, sí", "¡Claro por supuesto mijo!", "Sí, ese tema es super bueno". Los calambres estomacales eran cada vez más fuertes, no sabia cuando tiempo esfinter podría resistir ni mucho menos mi paciencia. Sentía como si la mierda ya no tuviera espacio en mis intestinos, sentía como si quisiera hacer erupción cuan volcán, estoy seguro que si me hubiese cagado encima quizás hubiese tenido mi propio sistema de propulsión a chorro en mi culo y tocaría el techo del taxi.

Finalmente luego de tanto sufrir, llegue a casa estaba a solo 3 cuadras de mi hogar, el sudor corría por todo mi cuerpo, tanto así que sin exagerar dejé el asiento del co-piloto mojado. Las contracciones eran terribles, recuerdo que a veces disimuladamente me sostenía fuertemente del asiento para poder hacer fuerza para aguantar los dolores, llegué a imaginarme incluso tomándole la mano al taxista para mantener el demonio dentro de mi culo, muy parecido a un proceso de parto, solo que en este caso era un proceso de in-parto. Mientras el taxista no paraba de cotorrear mi concentración era de nivel asiático. Las cosas a mi alrededor se hacían lentas, a lo "Matrix". Recuerdo que en un momento estuve a punto de rendirme pero pensé en el asiento pensé en lo que le tendría que pagar al taxista, pensé en la vergüenza, en el honor roto y me volví a concentrar. A esta altura escuchaba la voz del taxista muy lejana, como estando a punto de desmayarme, pero vi la esquina de mi casa y grité: "¡Déjame en la esquina!", lo dije de manera tan repentina y afincada que el taxista se asustó.

Me bajé del taxi y viendo que el taxímetro marcaba 4200 saque el billete de 5000 y prácticamente se lo tire, le dije:"¡¡Gracias, quédate con el cambio!!". ¡Jamás en mi vida me imagine que diría eso!, soy demasiado tacaño. Abrí la puerta de mi casa, entré, cerré la puerta de golpe y me fui a toda velocidad al baño. El brote de mierda fue tan fuerte que puedo jurar que toda la parte interna de la taza quedo recubierta de mierda, puedo asegurar que me dolió tanto el culo que casi pierdo el conocimiento.

Pero al fin terminó, me quede sentado en la taza cerca de 1 hora, intentando sacar todo lo que tenía adentro. a la final me quede sentado con una sonrisa en mi rostro y una mirada perdida y débil. Juro por dios que fue la peor experiencia que he experimentado en mi vida, he estado a punto de morir, me han atracado, he visto gente muriendo, varias chicas que me gustaban demasiado me rechazaron. Pero nada, repito, nada, se le acerca al sufrimiento de montarte cagándote a un taxi y tener que aguantar 45 minutos una diarrea fuerte y despiadada. Ese ha sido y creo que será el momento más difícil por el que he pasado, lo juro.

lunes, 23 de julio de 2012

Caminar.

Caminar es una de las cosas que más odio en mi vida, en serio, si no necesitara caminar, no lo haría, viviría como los gordos de la película de "Wall-E", en una silla que me mueva a donde quiera, claro que, todo depende del momento en el que necesite caminar. No siempre caminar me cae mal, me cae mal cuando la situación es propicia para que me caiga mal valga la terrible redundancia.

Cuando me refiero a caminar, la verdad me refiero a dar vueltas, y vueltas, y vueltas, por la ciudad. Por ejemplo:

Cuando salgo con mi familia, ya sea a comprar algo para el hogar, o incluso si es para mi, es una de las cosas que más aborrezco, lo malo de todo esto no es caminar en realidad, lo malo es que las tiendas no respetan a los consumidores; poniendo precios absurdos a productos "normales y silvestres", productos los cuales son necesarios aunque no tan especiales, pero de los que siempre va a haber personas que quieran sacar un poco más de provecho de el debido.

Razón por la cual caminar en busca del precio más "aceptable" se ha vuelto parte de nuestra cultura, sobretodo de la cultura latinoamericana. Y es que es en esta pocilga tercermundista en la que están los seres más aprovechados y desagradables:

Los vendedores careros; les encanta venderte zapatos que consigues en el mismísimo Estados Unidos de América u otro país desarrollado a quizás solo unos 30 o 40 Dólares en 200 ó 300 mil pesos, y hasta más. Es asqueroso ver como las personas se aprovechan de los caprichos de los demás.

Ellos son los culpables de mi calvario, de las ampollas en mis pies, de los brazos oscuros que me hacen parecer una "Nucita andante" por el sol que me tengo que tragar, de mis disgustos con mis padres cuando me dicen con toda la calma del mundo cuando preguntamos el precio de un producto en cualquier tienda: "No, ¿sabes que?, sigamos viendo precios...". Los detesto, son mi Némesis, mi desesperación hecha hombre.

Entonces seguimos caminando, y caminando, hasta que luego de mucho dar, encontramos una tienda donde el precio del producto es acorde con nuestra disposición monetaria. Pero... no se ha terminado, apenas empieza, porque ¿sabes que? acaban de ver unos zapatos bien bonitos y quieren saber el precio. Esto significa seguir dando vueltas por todo el lugar comercial, significa que mi hígado esta varios pasos más cerca de explotar en pedazos, significa que mi bilis podría llegar al punto de ebullición, significa que mi calvario seguirá.

¿Sabes que es lo peor? Que aprobaron el TLC, eso significa, que más "cosillas bonitas" van a llegar para ser comercializadas, esto significara más horas de caminata, no odio el TLC, no me parece malo, tampoco me parece la solución a nuestros problemas. Pero si le tengo cierto asco porque eso significara seguir caminando para ver las sandalias nuevas que le llegaron a la tienda donde siempre vamos.

Y además significa que como compramos todos esos productos nuevos e importados, no nos alcanza ni para el taxi, ni para el bus. ¡Fuck!.

¿Sabes que? odio el TLC, odio caminar, detesto los vendedores careros.

domingo, 22 de julio de 2012

La relatividad.

¿Qué te parece más asqueroso, o inhumano?:

1- ¿Abandonar un hijo no nato?

2- ¿Quedarse y hacer de la vida de tu hijo una pesadilla?

Es relativo, depende del punto de vista desde donde lo observes, claro que las dos opciones son mierderas, pero analicemos "pro's" y "contras":

** Abandonar un hijo no nato: **

- Pro: no tienes que gastar una fortuna en pañales, médicos, estudios, cuidados, mesadas, mierda...

- Contra: te conviertes en un cobarde de mierda, en un ciudadano asqueroso y sin moral alguna, una rata que abandono a su familia y no tuvo la suficiente hombría como para hacerse cargo de sus acciones, o sea, un autentico fracasado de mierda y culo-roto.

** Quedarse y hacer de la vida de tu hijo una pesadilla: **

- Pro: no hay ninguno...bueno, podrías hacer lo que quisieras con tus hijos, explotarlos, hacer que trabajen para ti... Cosas así. Claro, exponiéndote a ir a la cárcel por eso.

- Contra: Te ganas el odio de tu familia, de la comunidad, y obviamente de tu hijo ó hijos.

Bastante desagradables las dos opciones anteriores. No tienen nada de bueno.

Por otra parte en vez de pensar en que hacer en caso de que tu novia quede embarazada "sin querer" y tener que contemplar las dos opciones previamente establecidas, quizás lo mejor que puedes hacer es ser responsable ¡hijo de puta!. Comenzando con el principio básico de supervivencia de los solteros que se quieren mantener así, solteros, usar condón. Parece bastante simple y estúpido mi consejo, pero es así de sencillo, protégete hijo de tu madre y evita este tipo de inconvenientes que arruinarán tu vida y la de tu familia.

Odio los irresponsables, aunque confieso que yo también soy irresponsable, no en el aspecto previamente mencionado. Pero si en otros varios. Pero yo estoy intentando cambiar, lo juro por mi tío Benito.