Soy una de esas personas raras que se fijan en todos y cada uno de los pequeños detalles de la vida, soy de esos que se quedan viendo las materas de la casa para observar las plantas y toda la pequeña vida que las rodea. Soy un enfermo con mis plantas, las miro, las detallo, las toco, las huelo y puedo quedarme 1 o 2 horas enteras apreciándolas. Y es que me encanta la herbología, y la vida y los pequeños insectos de colores que veo en ellas.
Y soy igual en todas las cosas en las que me fijo. Es raro porque a pesar de ser un tipo relajado resulta que soy muy prolijo para algunas cosas. Soy de esas personas que no se conforman con una palabra hasta haberla escrito bien, y me molesta mucho cuando escribo una palabra y me toca escribirla 3 o más veces puesto que me equivoco y no la escribo de manera correcta, o cuando estoy friendo papas, detesto ver papas montadas una encima de la otra mientras se fríen, si no están todas al ras de la olla, no estoy contento.
También detesto enormemente cuando el plato de comida no queda bien ordenado, las papas deben de ir a un lado, el arroz por el centro o tomando la mitad del plato, y la ensalada o la carne abajo de las papas, de no ser así, la comida se me amarga, igual que mi genio. Detesto las cosas mal organizadas, pero es paradójico, puesto que mi cuarto es un maldito campo de batalla, con ropa, empaques de dulces en el piso, y demás cosas regadas por el suelo.
Detesto que mi cabello quede desordenado cuando me peino, por eso lucho por minutos para que ningún mechón quede fuera de lugar, obviamente a mi no se me para... el pelo, por eso luego de luchar para peinarme cuando salgo a la calle ya mi cabello esta abajo, durmiendo, acostado, es un maldito pelo de coreano.
El otro día haciendo pizza en mi casa me puse obsesivo con el jamón y los champiñones, puesto que siempre veía espacios vacíos entre los ingredientes, y pasé cerca de 20 minutos colocando champiñones y pedacitos de jamón donde me parecía que habían espacios en blanco, de hecho fue algo bastante desesperante puesto que a la final me tuve que comer la pizza con pedazos en blanco que nunca me pude explicar de donde mierda salieron.
Y toda mi vida ha sido así, siempre busco hacer las cosas de la manera más perfecta posible y a la final me frustro porque me doy cuenta que soy realmente un pésimo perfeccionista y de cualquier manera siempre dejo las cosas a medio andar. Me odio a mi mismo, paz.