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sábado, 5 de octubre de 2013

"Agradables" recuerdos de una marcha estudiantil.

Si hay algo que odio de verdad son mis colegas estudiantes de universidades públicas, obviamente no a todos, no puedo generalizar, mi sentido de la justicia de ningún modo me lo permitiría. Pero sí puedo decir que odio a una gran parte de la comunidad estudiantil de universidades públicas. No es que tenga una razón muy clara del por qué, pero tengo muchas nociones odiosas de lo que pasa por la mente de mis colegas estudiantes. Jóvenes con la mente más retorcida que el pescuezo de una gallina del caldo de la casa de tu abuela, chicos que creen que el hecho de formar parte de una universidad pública les da derecho a disponer de la paz y la tranquilidad de los demás, de interrumpir la rutina de los demás; se convierten en "A pain in the ass" como dicen los estadounidenses.

Tontos y descabellados chiquillos con ínfulas de sabios orientales, que creen que tienen la razón, que creen que pueden hacer lo que quieren por derecho divino, o porque simplemente les da la gana de "defender tus derechos como estudiante", en instancias finales, porque les sale desde el forro de los huevos u ovarios hacer lo que tienen que hacer, valga la redundancia. No digo que está mal luchar por los ideales, luchar por causas justas, luchar por los derechos; vengo de un país en el que las máximas autoridades se limpian el ojete con tus opiniones o derechos. Peeero... de todas formas desapruebo totalmente las formas de expresión y de lucha que eligen algunos de mis colegas "salvadores".

Y es que hay muchísimas maneras de hacerse notar, en serio, aunque ustedes no lo crean, se pueden hacer notar y ser escuchados. Créanme, yo también detesto este gobierno, detesto el hecho de que es un gobierno incompetente e imponente, detesto también el hecho de que yo ayudé a colocarlo en la posición de poder en la que se encuentra ahora, en otras palabras, yo voté por Juan Manuel Santos. Siento asco terrible de tener que hacer esa confesión aquí, pero estoy completamente seguro de que no soy el único con este complejo de culpa, y de odio propio.

Claro, me pueden argumentar que al gobierno actual le encanta ignorar al pueblo, y no sólo eso, sino que nuestro Jefe de Estado está más o menos ciego, por no decir que en realidad es un inútil; hasta cualquier niño o persona que lea un poquito, o vea la televisión, o se conecte a la Internet, sabe de las injusticias que se han hecho en nuestro país en estos tiempos. No es un secreto para nadie la problemática campesina, los miles de atropellos que se vivieron, y las miles de lagrimas de impotencia que esto generó.

Saltando toda la problemática colombiana, odio a mis compañeros estudiantes... retomaré ahora el tema principal, tuve la enorme desventura de unirme a una marcha estudiantil, tuve la estúpida idea de ir, y de tener la mentalidad de: "Es solo para ver como se supone que defienden mis derechos...". Dije cosas estúpidas y que hoy en día solo concibo como tonterías, ¿por qué alguien querría ir a una marcha estudiantil? Desde el punto de vista que lo mires, no importa la posición, sigue siendo una tontería. Entonces ¿Por qué? ¿Por qué lo hice? No tengo una respuesta sólida, ni válida, sólo me deje llevar por la carga de estupidez que estaba latente en mi cuerpo por esos días.

Empezó de la aburrida manera en la que me la imaginé, caminando hasta el punto de reunión. Intentaba convencerme a mí mismo de que lo que estaba haciendo no era más que una tontería para pasar el rato o perder mi tiempo deliberadamente, claro aunque admito que de hecho así fue, eso fue todo lo que hice, pasar el rato(De mala manera) y perder mi tiempo. En el punto de reunión todo lo que podía hacer era esperar que se iniciara la caminata, escuchar cantos de "lucha", observar y criticar a las personas por su forma de vestir(Muy a lo niña chismosa), y pensar en ¿qué carajos se supone que estaba haciendo? Miraba a los demás con desprecio, no me sentía en el lugar adecuado, bajo ningún concepto me sentí parte de ellos, de hecho aunque suene impertinente y pedante, no me sentía de su clase, no sentía nada más que desprecio por ellos y unas ganas increíble de devolverme a la tranquilidad de mi hogar. Quizás muchos ya han de estar enojados conmigo e imaginando cosas sobre mi, y en sus mentes diciendo lo imbécil que soy y equivocado que estoy, pero puedo decir que ésto lo escribo no porque creo tener la razón, sino porque simplemente quiero expresar mi odio a mis compañeros estudiantes de universidades públicas.

Finalmente, ya cuando tenía los huevos acatarrados, se dio la orden de partida, "por fin" me dije a mí mismo, aunque también creo que lo dije en voz baja. Tengo que mencionar que tenía algunos amigos conmigo, no estaba sólo en la tortura. Ellos también lo sufrieron. Pero sigamos hablando de mí, no me gusta perder mi protagonismo. Empezaron a cantar, detesto que canten, me gusta cantar, pero detesto que canten; no es culpa mía, simplemente así soy, cantaban a todo pulmón letras de lucha, de aliento a los estudiantes, hasta dieron discursos que de una manera u otra me sacaron una lágrima, pero no de felicidad o de regocijo, fue más bien de dolor y frustración. Acompañaban sus punzantes cánticos con palmas y efervescencia que me enfermaban poco a poco, y hacían que me dieran aún más ganas de irme a mi hogar.

Los líderes decidían la ruta a seguir, mientras que nosotros nos armamos con globos, papelitos, y pancartas, no es que yo sea insensible o intransigente con mis compañeros, pero, ¿en serio?, fue un poco hipócrita, más que todo cuando empecé a ver chicos encapuchados y cubiertos el 99% de su cuerpo, armados con latas y latas de pintura en aerosol, yo ya me lo olía, ya me imaginaba las cosas que podrían pasar con gente tan corta de mente como para vestirse de esa manera, cobardes que no son capaces de dar la cara y decir que hacen eso puesto que deben luchar por sus derechos, dando la cara y siendo contundentes al respecto. Por eso no soporto a los "capuchos" peeero, no quiero generalizar, no quiero caer en esa horrible forma de ver las cosas, generalizar es malo, porque de hecho yo formo parte de la comunidad estudiantil, y mucha gente realmente inteligente que conozco también forma parte de la misma. Los "capuchos" son gente detestable, la cual no concibo en mi mente, simplemente no les veo finalidad diferente a hacer daños, escándalos, perturbar la paz, y quejarse de los ESMAD. Ahora vuelvo a la marcha, sus latas de pintura me molestaron, igual que a los edificios que sufrieron sus marcas, igual que a las personas que trabajaban o vivían en esos edificios, igual que a los dueños de esos edificios, igual que a varios compañeros inteligentes de marcha, que aunque me duela decirlo son la inmensa mayoría. ¿Debería el hecho de que las personas brillantes e inteligentes apoyan esa causa, hacerme sentir un poco más como ellos? ¿Debería eso darle sentido a la marcha? No lo creo, el hecho es que aunque sean inteligentes, son jóvenes, la juventud es innovadora y brillante hasta cierto punto, hasta que choca con el muro de la realidad.

¿Pero que sería de nuestra realidad sin esos estudiantes? El futuro sería negro, pero, no hay de que preocuparse, hay una excelente generación de relevo, con pensamientos frescos y mentes abiertas, preparadas para dejar los lineamientos absurdos de ésta sociedad de lado. Eso no quiere decir que los jóvenes dejen de ser jóvenes, por lo que cometen errores, como por ejemplo ir a marchas de estudiantes, al menos a marchas de estudiantes sin sentido como la que les expongo aquí. Y desafortunadamente yo fui uno de esos jóvenes, no sé si ese día hubo disturbios, no lo tengo claro, y no me podría interesar menos, así no me guste el hecho de que haya pasado. Pero si pasó, eso hará crecer mi odio aún más.

Los pendejitos con capucha deberían de darse cuenta que lo que hacen no sólo llama la atención de los demás(Que es lo que ellos realmente buscan), sino que también produce daños colaterales, males necesarios dirían ellos, pero para mí, son cosas inconcebibles, porque yo me pongo en los lastimosos zapatos de las personas que viven cerca de las universidades, y tienen que aguantarse gases lacrimógenos, gritos, pataletas, y pedradas, además de la contaminación visual de ver simios arrojando piedras a "Robotses, en algunos casos sin cerebro"(juju)[ESMAD], eso en definitiva es molesto, también para mi lo es. ¿Y que me dicen de las personas que llegan tarde a sus respectivos trabajos u hogares por culpa de sus actos descuidados y desconsiderados para con el prójimo?.

De vuelta a la marcha, puedo decir que ya estaba cansado y contrariado además de que empezó a caer una lluvia tan espesa que te empapabas en menos de 3 segundos, mancharon mi camisa de pintura, porque se divirtieron arrojando bombas llenas de pintura a varios edificios, pintura que también me salpicó, incrementando mi rabia, pero dejaré de expresar odio en este escrito, mojados vi como empezaban a explotar "papas bomba" por lo que me acabo de acordar que de hecho sí hubo disturbios, aunque el hecho de que haya una marcha es un disturbio en sí. Obviando los disturbios puesto que no quiero entrar en detalles, llegué a mi casa, hambriento, cansado, adolorido, pintado, mojado, estresado y enojado, y lo más molesto, con la realidad a cuestas, nada de lo que sufrí de hecho ayudó en algo, fue por completo una pérdida de tiempo y energías, tiempo que puede haber perdido de mejor manera, y energías que pude haberme ahorrado.

Jóvenes, si hay algo que he aprendido es que si se quiere ser escuchado deben ser ordenados. Nos están tomando como el pastor mentiroso, quien por gastar bromas tocaba la corneta avisando falsamente que habían lobos cuando estaba aburrido, al final las personas le dejaron de creer, por lo que cuando de verdad hubieron lobos nadie estuvo para ayudarlo y murió destrozado y devorado por lobos hambrientos. Han hecho tanto ruido que ya la prensa y el público en general sólo se limita a decir: "Otra vez estos maricas, ya van a empezar a arrojar piedras.", ya nadie se sorprende, por lo que sobra decir que los únicos que les siguen haciendo caso a los estudiantes protestantes, son los ESMAD, cosa que de hecho no agrada a los estudiantes ni a nadie; a las personas dejó de importarle la opinión de los estudiantes, y la opinión de los estudiantes dejó de tener el peso que solía tener debido a la falta de criterio de los mismos. Organizarse como comunidad estudiantil es lo único que se puede hacer para ser tomados en cuenta, expresar nuestro descontento se puede hacer de muchas maneras, pero debe de hacerse siempre de manera organizada y no con intentos esporádicos y flojos.

Únanse y demuestren que los estudiantes son una fuerza popular capaz de mover este país, y no senadores gordos y dormilones sentados en una silla, mientras revisan su perfil en Facebook o leen correos electrónicos. El cambio está en nosotros, en dejar de ser niños pataletosos y convertirnos en una fuerza mayor que pueda regir las bases sociales de este lindo país llamado Colombia. Mientras tanto, déjenme decirles que los seguiré odiando hasta que no se den cuenta de que deben unirse, y dejar de hacer marchas estúpidas, hacer paros que a nadie le interesan más que a los mismos estudiantes, paros que nos hacen daño a nosotros mismos. Paros únicamente llamados a hacernos perder clases y tomarse unos diítas libres. No sirve de nada hacer un paro que sólo afecta a la misma facción que lo ejecuta, es como pegarse un disparo en la pierna y por eso pretender que a Juanma(El presidente) le va a doler o que lo va a incapacitar, compañeros piensen un poquito, y dejen de ser tan "Attention Whores".

PD: Aún los sigo odiando compañeros, los sigo odiando...


jueves, 30 de mayo de 2013

Me caí otra vez

Como ya muchos saben, soy una persona con cierta cantidad de mala suerte; cuando me refiero a mala suerte es mala suerte, suerte de mierda. Todos los días opto por persignarme, hacer la danza del pollo, llevar ofrendas a los dioses, pisar tres veces con el pie derecho antes de salir de mi hogar, no pisar las lineas divisorias de las baldosas de la calle (No soy supersticioso, ni mucho menos creyente en religiones), el hecho es que todos los días intento buscar formas de que mi suerte cambie.

Hoy estaba decidido a salir sin tener contratiempos, me preparé mentalmente para el hecho, me puse unas botas de combate que dificultan mucho perder el equilibrio o doblarse los tobillos, y respiré profundo decidido a ir a visitar a mi hermosa novia. Estúpido era pensar que hoy no tendría contratiempos, la mala leche no es buena, es agria como la sourcream, y me persigue a donde voy.

¡Me caí!, maldita sea, ¡me caí! ¿cómo me caí? subiendo a casa de mi novia, ¿de que manera? pisando una camisa vieja en el suelo. No osen a preguntarme cómo carajo me pasó, pero de hecho me pasó, maldigo mi suerte cada vez que respire un chino, mis manos no recibieron mayor daño, y tampoco mis piernas, pero si el hecho de que tengo mala suerte, eso sencillamente me jodió bastante. Camisa troll; lo interesante del asunto es que eso no lo es todo, bajando de la casa de mi novia estrellé mi cabeza contra el techo del todo-terreno donde iba, la puta madre. Encima de eso me monto al bus sólo para seguir sufriendo, conforme que lo tuve que esperar por 40 minutos, volví a golpear mi maldita frente con la entrada del mismo. Odio medir 1.84 (1.86, contando con el grosor de la suela de mis botas de combate ), sentado en un maldito asiento pequeño con un hombre que le costaba enormemente cerrar un poco las putas piernas para dejar que las personas de cierta forma se puedan sentar de una manera un poco más cómoda; más un maldito piernas largas como yo, ¡no! el hijo de sus siete mil putas pensaba que tenía cojones de 4 kilos y medio cada uno, haciendo mi viaje infeliz y doloroso. Mis rodillas son un mar de dolor y son marca "Marcopolo", puesto que las letresitas de mierda se me quedaron marcadas en las mismas, lo puedo jurar.

Mi desgracia siguió cuando llegué a mi destino bajo una llovizna molesta, darme cuenta que se me habían perdido moneditas que tenía en mi bolsillo de atrás, y de paso tener que caminar varias cuadras para llegar a mi casa, para completar tener que aguantarme a un habitante de la calle mal oliente pidiéndome insistentemente dinero, "Mono, mono, ¿me va a regalar alguna monedita mono?", no es que sea un pre juicioso ni que sea despectivo con las personas, pero soy sincero, me ofende enormemente que me pidan dinero en la calle, no por ser un bastardo de mal corazón ni mucho menos, sino porque sé que se lo van a gastar en piedra(droga) [¡Y eso que no soy pre juicioso eh!], el hombre caminó a mi lado aproximadamente 3 cuadras largas, pidiéndome insistentemente dinero, incluso proponiéndome tratos, "Mono deme pues la monedita, vea me da 1000 y yo le devuelvo 500", creo que también me molestó el hecho de que el mendigo tenía más dinero que yo. Finalmente se cansó de seguirme con un mal humorado: "Todo bien, no me de las moneditas, no baje para el ranchito pirobo.", un hombre grosero, mal oliente, y con más dinero en sus manos que yo, un bastardo total, como buen colombo-venezolano que soy le respondí atentamente con un: "Todo bien careximba.".

Entonces llego a mi casa, mojado, sin dinero, con la moral por el suelo, y con el vivo recuerdo de la vergüenza y la desesperanza por ser un chico con mala suerte.

Amigos, amigos, amigos, tengo mala suerte...

lunes, 23 de julio de 2012

Caminar.

Caminar es una de las cosas que más odio en mi vida, en serio, si no necesitara caminar, no lo haría, viviría como los gordos de la película de "Wall-E", en una silla que me mueva a donde quiera, claro que, todo depende del momento en el que necesite caminar. No siempre caminar me cae mal, me cae mal cuando la situación es propicia para que me caiga mal valga la terrible redundancia.

Cuando me refiero a caminar, la verdad me refiero a dar vueltas, y vueltas, y vueltas, por la ciudad. Por ejemplo:

Cuando salgo con mi familia, ya sea a comprar algo para el hogar, o incluso si es para mi, es una de las cosas que más aborrezco, lo malo de todo esto no es caminar en realidad, lo malo es que las tiendas no respetan a los consumidores; poniendo precios absurdos a productos "normales y silvestres", productos los cuales son necesarios aunque no tan especiales, pero de los que siempre va a haber personas que quieran sacar un poco más de provecho de el debido.

Razón por la cual caminar en busca del precio más "aceptable" se ha vuelto parte de nuestra cultura, sobretodo de la cultura latinoamericana. Y es que es en esta pocilga tercermundista en la que están los seres más aprovechados y desagradables:

Los vendedores careros; les encanta venderte zapatos que consigues en el mismísimo Estados Unidos de América u otro país desarrollado a quizás solo unos 30 o 40 Dólares en 200 ó 300 mil pesos, y hasta más. Es asqueroso ver como las personas se aprovechan de los caprichos de los demás.

Ellos son los culpables de mi calvario, de las ampollas en mis pies, de los brazos oscuros que me hacen parecer una "Nucita andante" por el sol que me tengo que tragar, de mis disgustos con mis padres cuando me dicen con toda la calma del mundo cuando preguntamos el precio de un producto en cualquier tienda: "No, ¿sabes que?, sigamos viendo precios...". Los detesto, son mi Némesis, mi desesperación hecha hombre.

Entonces seguimos caminando, y caminando, hasta que luego de mucho dar, encontramos una tienda donde el precio del producto es acorde con nuestra disposición monetaria. Pero... no se ha terminado, apenas empieza, porque ¿sabes que? acaban de ver unos zapatos bien bonitos y quieren saber el precio. Esto significa seguir dando vueltas por todo el lugar comercial, significa que mi hígado esta varios pasos más cerca de explotar en pedazos, significa que mi bilis podría llegar al punto de ebullición, significa que mi calvario seguirá.

¿Sabes que es lo peor? Que aprobaron el TLC, eso significa, que más "cosillas bonitas" van a llegar para ser comercializadas, esto significara más horas de caminata, no odio el TLC, no me parece malo, tampoco me parece la solución a nuestros problemas. Pero si le tengo cierto asco porque eso significara seguir caminando para ver las sandalias nuevas que le llegaron a la tienda donde siempre vamos.

Y además significa que como compramos todos esos productos nuevos e importados, no nos alcanza ni para el taxi, ni para el bus. ¡Fuck!.

¿Sabes que? odio el TLC, odio caminar, detesto los vendedores careros.