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martes, 6 de enero de 2015

Formas de torturar a un hijo homosexual

Inicio este artículo declarando que no soy una persona homofóbica ni mucho menos, pero si entiendo que la homosexualidad, de cierta manera, no es la forma natural de vida del ser humano; por lo tanto, la misma tampoco obedece a la auto-conservación humana. Vamos... una pareja homosexual no puede procrear a eso es a lo que me refiero.

Sin embargo a pesar de lo dicho anteriormente, tengo la obligación de hacer saber que detesto a los maricas. Cuando hablo de maricas, no hablo de personas homosexuales normales, me refiero a los homosexuales-transex esos que a pesar de ser hombres, o mujeres, empiezan a vestirse y actuar de una forma paralela a su propia sexualidad. Hombres colocándose ropa bastante afeminada, mujeres vistiendo, hablando y actuando como hombres. Eso no lo admito, realmente no me gusta.

Entonces ¿qué hacer si tu hijo sale gay? Aquí van mis maravillosas sugerencias:

- Compra condones, bananas, y colócale a las bananas los condones, y escóndelas por todo su cuarto, para que así cuando llegue alguna amiguis o amiguito, divise alguna y se burlen de él.

- Pregúntale todas las mañanas si puede caminar bien. Quizás no le entienda al principio, pero ya después sabrá lo oscuro y maldito de la pregunta.

- Manoséale un poco las tetillas cuando pases al lado de él y pídele que no se enamore de ti.

- Cuando compres ropa, cómprale alguna prenda de mujer y se la ofreces(le compraste ropa de hombre normalmente, pero igual queremos joder ¿no?).

- Dibuja muchos penes y corazones en sus cuadernos, para que sus compañeros de clase lo vean y se burlen.

- Cuando esté descuidado, pégale cartelitos con penes y burlas en la espalda.

- Compra diversos productos de belleza femeninos y mételos en su bolso de ir al colegio, o colócalo en su mesita de noche.

- Escribe un diario falso donde se lean un gran juego de experiencias sexuales gay, o fantasías que quiera vivir(supuestamente), obviamente en un lugar visible para todos, pero que él no se entere.

- Cuando se esté bañando, métete en el baño con él y quédate mirándolo a los ojos mientras se baña, procura estar vestido para que no parezcas un padre violador.

- Actúa como el mejor de los padres cuando estén sus amigos en casa, para que cuando él les diga las cosas que le haces, ellos no le crean.

- Se buen padre eso sí, no queremos hacer de su vida un infierno, sólo queremos joderlo un poco.

La verdad eso hará de su relación, algo más llevadero y menos tenso, divertíos.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Aburrido

Últimamente he estado un poco aburrido la verdad, para ser sincero me siento vacío, a parte de que en realidad no tengo mucho por hacer; es culpa mía estar de esta manera, pero de cualquier forma, también es culpa de la vida misma por ser tan hija de sus mil putas conmigo. ¿Por qué? No entiendo por qué tiene que ser así, sé que no soy una buena persona, no me intereso demasiado por los sentimientos de los demás y cometo error tras error, pero la verdad me parece un poco bestia tener que pasar por lo que paso, aunque obviamente no puedo ser tan caradura, sé que los que me rodean también sufren en gran medida y a veces pienso que a lo mejor su sufrimiento es quizás más grande que el mío.

Soy sólo un tonto inútil, aburrido, poco interesante, holgazán, irresponsable, etc, etc. Duele saber que soy así, duele darse cuenta a veces quizás no pasaría nada si me voy de este mundo, o sea, no será un gran problema para nadie, probablemente me olviden en menos de un mes y sigan con sus vidas normalmente. Me lo he ganado por ser como soy. Soy introvertido y extremadamente hermético, no hay nada ni nadie que me haga soltar todo lo que tengo adentro, ni siquiera la persona que más amo, a veces me pongo a pensar qué podría haber de malo en mi, y sufro cuando me doy cuenta que de hecho hay demasiadas cosas malas en mi. Soy un tonto después de todo...

¿Será que mis padres en serio me quieren o me aguantan por obligación? Si se los pregunto puedo jurar que pondría en duda su respuesta, no estoy tan seguro de que mis padres me quieran o me extrañen cuando paso tiempo fuera de casa, no los criticaría si así fuere. Mi padre sobretodo, es un ser maravilloso para mi, un héroe, un ejemplo a seguir y una persona maravillosa. Soy rico; tengo padres maravillosos, hermanas que a pesar de que a veces me rompen las pelotas, piensan mucho en mi, tengo buenos amigos con los que puedo contar a pesar de que a veces les trate mal, y una novia hermosa, inteligente y comprensiva. Entonces ¿por qué digo que dudaría la respuesta de mis padres si les pregunto si me quieren? Creo que podría ser porque todo el mundo tiene su límite; mis padres también lo tienen, he actuado como un idiota gusano toda mi vida, soy algo así como un parásito en mi hogar, metido en mi mundo mientras todos en mi casa dan lo mejor de sí y se esfuerzan a diario.

¿Qué hago yo aquí? No soy útil en mi casa, estoy de más, no tengo trabajo, y mi futuro es incierto, mis estudios son inestables, mi mente es inestable, no puedo aprender nada más, desafortunadamente pienso que soy demasiado imbécil para estar vivo. Se supone que soy el espermatozoide vencedor, pero por dentro me siento como el más grande perdedor en el mundo. ¿Por qué soy así? En realidad no sé por qué razón soy tan "yo", es lastimoso ver lo inútil que soy, no le sirvo a nadie, ni a mis padres, ni a mis hermanos, ni a mis amigos, ni a mi novia, ni a la sociedad, ni al maldito mundo. Después de todo creo que soy algo así como un personaje de relleno en esta obra de teatro llamada "vida".

Un gusano impertinente que cree que puede solucionar su vida cuando se lo proponga, pero la vida no es así de fácil, la vida es dura, la vida es demasiado difícil como para ser tomada a la ligera por un insecto de mi calaña. Me encararía poder ser exitoso y ayudar a mis seres queridos, a mi familia sobretodo, serle de utilidad a las personas que me rodean y se interesan por mi, corresponder aunque sea un poco de todo ese esfuerzo que hacen por mi. Me encantaría ser la persona que no soy, adoraría ser útil. Amo la vida, amo estar vivo, pero detesto enormemente ser "yo". Motivación = 0

miércoles, 21 de agosto de 2013

El famoso señor Maní

Erase una vez, el señor maní, un maní grande y gordo color beige. Siempre le gustaba estar jugando y correteando con los niños. Hasta que un día decidió darle un vuelco a su vida, su plan para ello era juntarse con los otros manís y conocer nuevos amigos, pero, sus amigos niños no estaban muy a gusto con la idea porque ellos pensaban que si eso pasaba lo perderían para siempre. 

El señor maní era un maní amable y muy amistoso y cuando se dio cuenta de la opinión de los niños solo pudo sonreír e intentar convencerlos de que no los olvidaría, pero la "Troop" de niños (como los llamaba él) se encontraban reacios ante la supuesta descabellada idea de el señor maní, "¿Y cuando regresará? ¿Se quedará para siempre? ¿nos olvidará? ¿Qué será de nosotros?", solo eran algunas de esas tantas preguntas que les preocupaba a la "Troop" solo podían pensar en el dolor que les causaría estar solos... 

Al fin el día llegó y a el señor Maní le había llegado la hora de marcharse, los niños no hacían mas que sollozar y tornarse realmente tristes, el señor Maní solo podía intentar calmarlos y decirles que todo iba a estar bien, pero los niños, aún así, solo sabían que lo iban a extrañar mucho, ¡¡mucho!!. Pero, el señor Maní guardaba un oscuro secreto, él, nunca volvería. 

El señor Maní no quería volver, no porque no quisiera volver a ver a su "Troop", sino porque él se encontraba muy enfermo y no estaba de acuerdo con que los niños lo vieran de esa forma, el señor Maní, había hecho muchos amiguitos durante su larga vida, él para ese momento ya tenía cerca de 80 años, la vejes y la enfermedad eran implacables y despiadadas pero a pesar de todo en su cara siempre había una sonrisa mientras hubieran niños con los cuales interactuar y jugar. Su personalidad era encantadora y abrumadoramente divertida. 

Pasaba el tiempo y la salud de el señor Maní, cuyo nombre completo era "Maní Salado Tostado" iba en picada al desastre, aunque su distancia no lo llenaba y lo ponía muy triste él seguía pensando que era lo mejor para que su "Troop" no lo vieran en ese estado y no se sintieran mal por el, pero lo que el no sabía era que los niños se sentían mucho peor al no tener noticias de el. Por otra parte los niños se reunieron un día y decidieron de forma unánime que si el señor Maní no venía, ellos lo irían a buscar (Como dice el refrán "Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma"). 

El día llego en el que la "Troop" iría a encontrarse otra vez con el señor Maní. Todos estaban muy ansiosos de verlo nuevamente, pero, cuando iban saliendo todos juntos les cayo un rayo y todos murieron...

lunes, 20 de mayo de 2013

Remembranzas


Lo primero que diré es que mi vida ha sido un tanto inestable; acelerada en unos casos y lenta y calmada en otros, lo que ocurre es que desde pequeño fui un niño un tanto especial, prefería pasar más tiempo con mis juguetes que con amigos u otros niños, en realidad, yo no tuve amigos hasta antes de los 6 años. 

No era porque yo fuera antisocial, bueno, sí, lo era, yo diría que era porque detestaba a las personas más bien. Además yo personalmente me divertía más estando solo en mi cuarto jugando con mis juguetes y figuras de acción que con otros. ¿Motivo? Indeterminado aún… supongo que así nací, nada que hacer al respecto. 

Mi primera infancia transcurrió de manera tranquila y repetitiva, hacía casi exactamente lo mismo todos los días. Levantarme temprano, pedir desayuno, ver caricaturas, bañarme, cepillarme los dientes, comer el almuerzo (cereal), jugar con mis muñecos, comer la cena (coladas, o cereales), seguir jugando con mis muñecos, ver más caricaturas, ver el fútbol con mi madre, y… jugar con mis carritos. De vez en cuando, pero muy de vez en cuando jugaba con mis hermanas mayores, algunos de esos juegos locos y pasados de tono que se inventaban, y muy, muy, muy de vez en cuando jugar con algún vecino de mi edificio. 

Me encantaba mirar por la ventana de mi apartamento solo para ver las palomas, aunque en las materas de mi casa había una planta que producía un olor nauseabundo a clorofila que yo detestaba; me sobreponía a esa situación sólo para pararme en la ventana y observar todo lo que pasaba en el mundo exterior. 

A veces salía del apartamento porque mi madre me sacaba a jugar pelota con ella, creo que eran unos momentos mágicos de felicidad, me encantaba jugar con mi madre. Cabe destacar que yo nunca he sido demasiado demostrativo con mis sentimientos, y tampoco he sido cariñoso, pero cuando era chico mi madre sí era cariñosa conmigo, bastante, también era muy sobre protectora  Creo que jugar con ella era muy en el fondo era mi demostración de afecto, aunque de hecho suene raro, no tiene nada que ver, pero bueno. Así pensaba yo. 

A veces mi madre salía a comprar víveres y me dejaba solo en el apartamento, ella podía y confiaba en que de hecho podía hacerlo a pesar de mi corta edad, porque siempre fui extremadamente tranquilo y sereno. Aunque para mí era mortal, yo sentía que se me iba parte del alma cuando mi madre se iba, no me sentía completo, me sentía mal y perdido.

Mi madre también en el fondo es como yo, bastante independiente, nunca necesitó demasiadas amistades, nunca conversó demasiado con muchas personas, creo que le tomé esa actitud como mía, por encima de cualquier gen que posiblemente me haya pasado a través de su ADN, no sé si mi madre posiblemente en algún momento de su vida se haya sentido sola, pero solo sé que yo sí me sentía solo a veces cuando ella no estaba. Eso lo tengo bastante claro y grabado en mi mente, sin mi madre, yo solo era una coraza, una cáscara vacía, llena de temores y angustias a pesar de mi corta edad.

martes, 4 de septiembre de 2012

Mi madre y yo

Todos los días recuerdo mis momentos especiales del pasado, recuerdo los juegos de niños, el colegio, mis amigüitos (con diéresis adrede) y cosas especiales que me sucedieron. Pero sin duda alguna, una de las cosas que más recuerdo de mi infancia fueron las coñazas o cagadas a palos o reventadas de orto que me propinaba mi madre, correazos con ira, golpes en los brazos, latigazos por ese culo y demás maneras de castigo; castigo psicológico y verbal.

Fue una etapa un tanto dura pero sin duda alguna memorable, después de todo, son momentos íntimos que forman parte crucial de mi relación con mi madre, de hecho, le doy las gracias... inclusive pienso que eso es lo que ha necesitado la gran mayoría de jóvenes en la actualidad, coñazos y maltrato verbal, obviamente sin excederse claro está.

Los niños fresita de la actualidad, de esos que les gusta Justin Bieber, que montan fotos a las redes sociales prácticamente desnudos solo para obtener "likes" algo que si lo miras desde un punto de vista normal, la verdad son más inútiles que las tetas de los hombres; A menos claro que seas actor porno o algo así, esos que les gritan a sus mayores, esos que se la quieren dar de graciositos a toda hora, esos que no entienden un "No" por respuesta, ésos malcriados hijos de puta, ésos... Ellos son gente que sin dudarlo un minuto, deberían haber recibido más palos que gata ladrona, como dice mi mamá.

Cuando mi madre estaba a punto de pegarme correazos siempre la atmósfera de mi cuarto se tornaba pesada, y a veces contagiaba la atmósfera de la casa entera, el morbo del momento era súper fuerte. Mi mamá siempre se paraba en la puerta de mi cuarto con una mano en la cintura y con el brazo libre relajado apuntando hacia abajo, obviamente con el cinturón preparado y listo para la acción; lo que me hace recordar que siempre ponía la cara de mayor seriedad que he visto en mi vida en una persona, una cara más intimidante que la de cualquier ser vivo. El ritual casi siempre era el mismo, me observaba durante todo el proceso de recoger mi cuarto, encontrar el zapato perdido, preparar la ropa para el colegio del día siguiente o cualquier mierda que me había repetido durante días y no me había dado la regalada gana de hacer. 

Y cuando finalmente yo concretaba mi tarea, pensando que me había salvado, mi madre empezaba a recordarme las mil y una veces que me había dicho lo que tenía que hacer. Hasta que finalmente luego del discurso y la reprendida verbal respectiva, comenzaba finalmente la acción. Correazos van y correazos vienen, se volvía una bestia, me repetía una y otra vez que me lo había advertido y gritaba mi error acompañado de la melodía del sonido a latigazo, mis gritos y mis lágrimas derramadas en toda mi habitación.

Finalmente abandonaba mi habitación, no sin antes hacerme la advertencia de rigor y así concluir otra paliza más que seguramente quedaría en mi recuerdo durante varios meses, o incluso meses, y la verdad hasta años. Pero yo era un niño fiel a mis creencias, por lo tanto, volvía a caer en el mismo círculo vicioso una y otra vez. A mi me parece que en algunos casos mi madre lo disfrutaba, era des estresante para ella, en algunos casos, mis hermanas se metían en medio y me rescataban, en otros casos mi fortuna era bastante desafortunada valga la redundante frase y no había humano que me pudiese rescatar de mi destino inexorable, una paliza agria y bastante energética. 

A todas estas quiero a mi madre y aprecio todo lo que hizo por mí, ojala hubieran más madres como ella, pero la sociedad actual esta en declive, los valores se van perdiendo y los psicólogos son cada vez más caprichosos, todo parece indicar que cada día seguirán surgiendo padres de mierda hasta que todos seamos humanos carentes de valores y sentido común y se acabe el mundo.

viernes, 27 de julio de 2012

Una mañana, una tarde, que quedaran para la historia.

Todo el mundo sabe que nadie es perfecto, todos en nuestra vida tenemos defectos que en muchos casos opacan nuestras buenas actitudes. Pero no hablare de ese tema en si, hablare sobre lo casi perfecto que es nuestro cuerpo. Sí esa máquina grandiosa, esa maravilla de la bioingeniería de la naturaleza, un sistema más impresionante que cualquier otra cosa que pueda crear el hombre artificialmente, es simplemente una obra de arte de la evolución.

Pero, hasta el mismo cuerpo a veces falla, por no decir que le gusta "joder", no es que tenga razón propia ni mucho menos pero si de vez en cuando toca que atenerse a los problemas que surgen en el, uno de esos casos es cuando nuestro sistema digestivo no puede asimilar bien los nutrientes que le enviamos, cuando la comida simplemente se le hace difícil o casi imposible de digerir.

Recuerdo un día mientras trabajaba en un restaurante de comidas rápidas y comida mexicana del que era dueño mi padre, las cosas no iban bien, desde la mañana presentía lo que pasaría, estaba seguro que el destino ese día me iba a joder; no es que supiera, pero algo en mi vientre me decía que las cosas ese día iban a ser un poco más complicadas de lo común. El primer domicilio del día entregue, y fue ahí mismo cuando sentí un fuerte rugido en mi estómago, todo parecía indicar que las cosas se seguían complicando, el segundo domicilio fue el que delato mi estado en ese momento, ¡sí señor!, se venia una diarrea que creo que se llevo el premio a la más hija de puta que en tenido en todos los tiempos.

Entregué los domicilios correspondientes a las 11:45 de la mañana de ese día, y me fui despavorido a el servicio, limpié muy bien con alcohol y mucho papel higiénico el borde de la taza del inodoro, puesto que las personas pareciera que les cobraran si levantan la tapa para orinar; son unos cochinos de mierda, puse mi culo en el retrete y solo tuve que dejar de aguantar, la mierda simplemente salio sola, cuan catarata de mi culo, sonaba como si fueran truenos, y soltaba relámpagos de mierda por doquier con una fuerza, soltura y velocidad impresionantes, cabe destacar que la taza quedo completamente manchada de flujo diarreico.

No siendo más, continué mis labores de repartidor, esta vez me tocaban los domicilios de las 12:30, hora muy cargada de entregas. Todo volvió a recuperar su ritmo agitado, desgraciadamente cuando me faltaban 2 ó 3 entregas por hacer, volví a sentir ese rugido ronco y típico de una cagada épica. Terminé lo más rápido que pude los domicilios que me quedaban por hacer y me metí corriendo a todo dar al baño, para nuevamente descargar una ira y ferocidad incomparable sobre el inodoro, acompañado de una cara de sufrimiento y unos gemidos de dolor y debilidad. Ésta vez sorprendentemente cagué todavía más que la vez anterior, fue la verdad impresionante, y mi dolor era ciertamente tan fuerte como en la primera ocasión.

Salí recuerdo sudoroso del baño y con una cara de orto del otro mundo, mi padre me preguntó si estaba bien, obviamente yo estaba jodido, en las últimas, desahuciado, deshidratado y bastante molesto con mi estómago. Le respondí sincera y firmemente: "No papá, tengo una diarrea de gran magnitud", eso sí, en voz baja para no ahuyentar clientela con mi enfermedad, que simplemente no me iba a dejar cumplir con mi labor ese día por desgracia. Mi padre con todo el amor del mundo sacó 5000 pesos de su bolsillo y me dijo: "Dale, vete tranquilo, yo hago las demás entregas que faltan.".

Las leyes de Murphy son demasiado claras y verídicas, "siempre que necesites llegar rápido a cualquier sitio, será el momento en el que llegues más tarde.", mi culo estaba roto y quemado, el dolor y el ardor no eran normales, mis tripas estaban en un estado deplorable y mis ánimos estaban en el sub-suelo. Caminando rápido tome un taxi y con voz agitada y gruesa le dije la dirección de mi casa. No contaba yo que mi mala suerte ese día era gigante. Habían unos largos y lentos estancamientos en la carretera; tantos carros, tan poco tiempo.

Tan solo cinco minutos en el taxi fueron suficientes para que otras contracciones llegaran, el dolor era sorprendente, y la fuerza que tenia que hacer para aguantar el "shot" de diarrea era titánica. Filas largas que parecían estáticas, y un taxista conversador hicieron de mi viaje un maldito infierno sobre ruedas, además de ir acompañado por un calor asqueroso. El karma era una des las cosas en las que pensaba, mientras el taxista me sonreía y me conversaba sobre su música favorita y las "chimbitas" que veía por la calle. Yo solo me limitaba a asentir con la cabeza una y otra vez, y en algunos casos acompañar ese gesto con frases selectas: "Ajá, sí", "¡Claro por supuesto mijo!", "Sí, ese tema es super bueno". Los calambres estomacales eran cada vez más fuertes, no sabia cuando tiempo esfinter podría resistir ni mucho menos mi paciencia. Sentía como si la mierda ya no tuviera espacio en mis intestinos, sentía como si quisiera hacer erupción cuan volcán, estoy seguro que si me hubiese cagado encima quizás hubiese tenido mi propio sistema de propulsión a chorro en mi culo y tocaría el techo del taxi.

Finalmente luego de tanto sufrir, llegue a casa estaba a solo 3 cuadras de mi hogar, el sudor corría por todo mi cuerpo, tanto así que sin exagerar dejé el asiento del co-piloto mojado. Las contracciones eran terribles, recuerdo que a veces disimuladamente me sostenía fuertemente del asiento para poder hacer fuerza para aguantar los dolores, llegué a imaginarme incluso tomándole la mano al taxista para mantener el demonio dentro de mi culo, muy parecido a un proceso de parto, solo que en este caso era un proceso de in-parto. Mientras el taxista no paraba de cotorrear mi concentración era de nivel asiático. Las cosas a mi alrededor se hacían lentas, a lo "Matrix". Recuerdo que en un momento estuve a punto de rendirme pero pensé en el asiento pensé en lo que le tendría que pagar al taxista, pensé en la vergüenza, en el honor roto y me volví a concentrar. A esta altura escuchaba la voz del taxista muy lejana, como estando a punto de desmayarme, pero vi la esquina de mi casa y grité: "¡Déjame en la esquina!", lo dije de manera tan repentina y afincada que el taxista se asustó.

Me bajé del taxi y viendo que el taxímetro marcaba 4200 saque el billete de 5000 y prácticamente se lo tire, le dije:"¡¡Gracias, quédate con el cambio!!". ¡Jamás en mi vida me imagine que diría eso!, soy demasiado tacaño. Abrí la puerta de mi casa, entré, cerré la puerta de golpe y me fui a toda velocidad al baño. El brote de mierda fue tan fuerte que puedo jurar que toda la parte interna de la taza quedo recubierta de mierda, puedo asegurar que me dolió tanto el culo que casi pierdo el conocimiento.

Pero al fin terminó, me quede sentado en la taza cerca de 1 hora, intentando sacar todo lo que tenía adentro. a la final me quede sentado con una sonrisa en mi rostro y una mirada perdida y débil. Juro por dios que fue la peor experiencia que he experimentado en mi vida, he estado a punto de morir, me han atracado, he visto gente muriendo, varias chicas que me gustaban demasiado me rechazaron. Pero nada, repito, nada, se le acerca al sufrimiento de montarte cagándote a un taxi y tener que aguantar 45 minutos una diarrea fuerte y despiadada. Ese ha sido y creo que será el momento más difícil por el que he pasado, lo juro.

martes, 17 de julio de 2012

Pensamientos sin ningún tipo de intelecto.

¿Por qué la gente es así? ¿es necesario auto-joderse la existencia? ¿es necesario que su auto-jodida te afecte a ti también? hay personas que pareciera que no les importa que sus problemas alcancen a sus iguales, peor aún, ni si quiera notan que sus problemas alcanzan a otros. ¿Como carajo se vive así? ¿como carajo creen que la vida funciona? por lo visto tienen un punto de vista un poco desfachatado sobre las normas de convivencia social y familiar.

Es decir, si yo me corto las venas y me tiro a la bañera a morir. ¿Es necesario que también ensucie la bañera de mis padres? la prengunta no parece tan difícil, la respuesta es aún más fácil; ¡no! ¿que necesidad tienen las personas de llenar de sangre hipotética tu bañera? preguntas sin respuesta que nos deja a diario la vida.

Definitivamente hay gente que es menos seria que Ronald McDonald's; en mi caso intento que mis problemas sean míos. Aunque no niego que hay problemas míos que le han causado problemas a mi familia, pero todo, repito, todo... ha sido sin querer.

Soy una persona bastante irritable y quizas irritante, lo admito, la verdad intento esconder mis emociones al máximo, para que estas por consiguiente no tengan que ser transmitidas a los demás. Mis emociones expresadas la verdad dejan mucho que desear; osea, no soy de los que demuestra afecto con sus familiares pero aún siendo así, me duele cuando algo les afecta o cuando surgen comentarios desacreditantes en contra de éllos. Las personas desconocidas la mayoría de las veces me cae mal desde el inicio y creo que ellos mismos se dan cuenta, pero a medida que pasa el tiempo y esas personas demuestran tanto con palabras como con hechos de lo que están hechos, se ganan mi afecto.

Se sabe que empecé escribiendo de algo y terminé en otra cosa, típico, creo que pasa porque tengo muchas cosas que expresar y no se donde comenzar ni terminar, tengo poca pasciencia para con la escritura y para con la gente, por eso tengo mi fama de inanimado y desinteresado socialmente hablando. Y sigo divagando entre los temas ¿me llevan el ritmo? creo que es dificil pero intenten entenderme haciendo valer la redundancia.

Tomar Coca-cola me gusta, beber Candoroso me gusta, el Rock me gusta, salír a joder me gusta, escribír me gusta, lo que no me gusta es que se burlen de mí. ¡Asi que cuidado con una vaina! jejeje sigo divangando entre escritos inconclusos que yo mismo escribo, bastante distraído ser(escribiendo como Yoda).

Mi mamá me regaño por pintarme el pelo de rojo el otro día, no creo que me quede tan mal, lo que creo más bién es que mi madre le teme al cambio; que yo deje de ser una persona más o menos centrada como lo soy ahora, y me convierta en un verdadero hijo de puta, mal educado y sin escrupulos. Cosa que no pasará, yo tengo identidad, una cosa es cambiar de look y otra muy distinta es que el look cambie tu forma de ser, hay gente así, lo sé.

Otro ámbito de los que me gusta hablar es sobre las borracheras, ¿manera practica de ser imparcial para con el sexo opuesto? ¿a que me refiero dices? cuando uno se emborracha no le importa edad, color, forma de ser, o belleza, lo único de lo que estas pendiente es de gozar y vivir la plenitud de tu libertad si es que eres soltero. ¿De que forma? haciendo que cualquier chica que este en la reunion en la que estas sea tu novia por una noche, una noche de olvido, para la mañana siguiente decirte a ti mismo con fúria ¿¡por qué carajo lo hice!? siempre pasa, a las personas, ¡a mi no! sé aunque este demasiado borracho, el nivel de cagada que estoy cometiendo en el momento, claro que... de todas maneras termino por acabar lo que empece en caso tal de que valga la pena. Aún así, repito no me pasa a menudo que me deshiniba tanto. Aún borracho soy cerrado y mantengo mi caracter; aunque claro, un poco más descoñetado(atrofiado).

De todas maneras mi vida no se basa en el alcohol ni en las rumbas, soy más bien sedentario, me gusta estar en casa, aunque también me gusta salír a hacer deportes. Creo que también soy un poco bipolar en ese aspecto, cabe destacar. Intento a toda costa que mi vida sea tranquila, desafortunadamente hay cosas que por más pequeñas que sean hacen que mi día, sea un día de mierda.

Ej:

- Llamadas por telefono en broma.
- Pordioseros pidiendo dinero.
- Que me griten por la mañana.
- Salir a el supermercado en la mañana.
- Dar explicaciones.
- Etc...Etc...Etc.

Amigos...Amigos...Amigos...soy complicado, lo se.

Sin nada más que escribir me despido. ;)