lunes, 20 de mayo de 2013

¿Quejándote a toda hora? Ven aquí...

Te odio.

Cuando la vida te llama a rendir cuentas, a veces te llevas una gran jodida sorpresa. Muchas personas actúan de una manera tal que simplemente deja demasiado que desear; y son esas personas las que más se quejan, de su destino, cuando han sido artífices del mismo todo el tiempo. Esas personas son sin duda alguna las más molestas, las más desubicadas, las menos agradables, y las con que nadie quiere pasar tiempo.

Y es que está bien quejarse, ¡está bien!, lo que no está bien es sobre-quejarse por absolutamente todo. Yo lo admito, yo me quejo mucho y por muchas razones estúpidas y sin sentido, pero al fin y al cabo me quejo e inmediatamente me convierto en una de las cosas que odio. Lo siento, no soy perfecto, es más, soy creo que el único ser tan disfuncional en mi hogar.

Cuando salgo a la calle, todos los días ves gente quejándose  del gobierno, del alcalde, del gobernador, de los concejales  de la basura, de los precios, del sol, de la luna, del tráfico, etc. Muchas cosas, muchas cosas que se presumen importantes en nuestra vida cotidiana; esas cosas molestas que tienen las ciudades. Y entonces empiezo a reír, reír de sus quejas y melindres, y pienso en mis adentros que los odio.

Y bueno... supongo que eso es todo lo que pienso de los "quejetas". Nada. A pesar que los odio, intento ignorarlos, claro a veces se torna misión imposible.

Remembranzas


Lo primero que diré es que mi vida ha sido un tanto inestable; acelerada en unos casos y lenta y calmada en otros, lo que ocurre es que desde pequeño fui un niño un tanto especial, prefería pasar más tiempo con mis juguetes que con amigos u otros niños, en realidad, yo no tuve amigos hasta antes de los 6 años. 

No era porque yo fuera antisocial, bueno, sí, lo era, yo diría que era porque detestaba a las personas más bien. Además yo personalmente me divertía más estando solo en mi cuarto jugando con mis juguetes y figuras de acción que con otros. ¿Motivo? Indeterminado aún… supongo que así nací, nada que hacer al respecto. 

Mi primera infancia transcurrió de manera tranquila y repetitiva, hacía casi exactamente lo mismo todos los días. Levantarme temprano, pedir desayuno, ver caricaturas, bañarme, cepillarme los dientes, comer el almuerzo (cereal), jugar con mis muñecos, comer la cena (coladas, o cereales), seguir jugando con mis muñecos, ver más caricaturas, ver el fútbol con mi madre, y… jugar con mis carritos. De vez en cuando, pero muy de vez en cuando jugaba con mis hermanas mayores, algunos de esos juegos locos y pasados de tono que se inventaban, y muy, muy, muy de vez en cuando jugar con algún vecino de mi edificio. 

Me encantaba mirar por la ventana de mi apartamento solo para ver las palomas, aunque en las materas de mi casa había una planta que producía un olor nauseabundo a clorofila que yo detestaba; me sobreponía a esa situación sólo para pararme en la ventana y observar todo lo que pasaba en el mundo exterior. 

A veces salía del apartamento porque mi madre me sacaba a jugar pelota con ella, creo que eran unos momentos mágicos de felicidad, me encantaba jugar con mi madre. Cabe destacar que yo nunca he sido demasiado demostrativo con mis sentimientos, y tampoco he sido cariñoso, pero cuando era chico mi madre sí era cariñosa conmigo, bastante, también era muy sobre protectora  Creo que jugar con ella era muy en el fondo era mi demostración de afecto, aunque de hecho suene raro, no tiene nada que ver, pero bueno. Así pensaba yo. 

A veces mi madre salía a comprar víveres y me dejaba solo en el apartamento, ella podía y confiaba en que de hecho podía hacerlo a pesar de mi corta edad, porque siempre fui extremadamente tranquilo y sereno. Aunque para mí era mortal, yo sentía que se me iba parte del alma cuando mi madre se iba, no me sentía completo, me sentía mal y perdido.

Mi madre también en el fondo es como yo, bastante independiente, nunca necesitó demasiadas amistades, nunca conversó demasiado con muchas personas, creo que le tomé esa actitud como mía, por encima de cualquier gen que posiblemente me haya pasado a través de su ADN, no sé si mi madre posiblemente en algún momento de su vida se haya sentido sola, pero solo sé que yo sí me sentía solo a veces cuando ella no estaba. Eso lo tengo bastante claro y grabado en mi mente, sin mi madre, yo solo era una coraza, una cáscara vacía, llena de temores y angustias a pesar de mi corta edad.

martes, 7 de mayo de 2013

Presión

La presión es una de las cosas que vienen siguiéndome en estos últimos tiempos, no hablo de presión sanguínea, hablo de la presión de tener al mundo encima y pendiente de todos y cada uno de tus movimientos. Nunca me ha importado y siempre la he soportado de la mejor manera, solo que últimamente las cosas han cambiado, estoy en un punto en el que todas las cosas que venía arrastrando desde hace mucho tiempo (sentimentalmente hablando) me han alcanzado.

Mis amigos lo han notado, la misma me ha hecho cometer cierta cantidad de estupideces, estupideces que les han afectado de una u otra manera. Yo lo siento, me pone triste tener que verlos sufrir por culpa mía, pero igual no es mi culpa en si, es culpa del karma.

Por eso me he predispuesto en estos momentos innegablemente duros a superarla de diversas maneras, entre todas estas maneras enumeraré formas de superar momentos tristes y de mucha presión y estrés  como las siguientes:

- Desestrezarte dándole golpes a la cama.
- Jugar video juegos. (Te vas a estresar más)
- Hacer los deberes.
- Comer Oreos con leche.
- Molestar a tu sobrinito de 2 años.
- Salir a trotar.
- Burlarte de la piel colgante de tu madre.
- Ver películas calientes.
- Ir a Barcelona (If you know what i mean...).
- Mirar las plantas de tu casa durante horas.
- Molestar a tus hermanos o hermanas diciéndoles que están gordos y nadie los ama.
- Cantar a todo pulmón.
- Tocar timbres y correr.
- Dejar notas de suicidio en las habitaciones de tus amigos simulando que las escribieron ellos. (jajaja esta es divertida pero cruel).
- Si tienes perros, tomarlos de la cola y correr.
- Orinar sentado.
- Pasarte palitos para limpiar orejas por la nariz para estornudar.
- Comer como cerdo.
- Escribir cosas estúpidas.
- Hacer llamadas en broma en las casas de tus amigos.
- Dejar condones y bolsitas de leche en polvo en el cuarto de tu hermanito o hermanita, o amigos en su defecto.
- Nivel Programador: Crear virus de multiventanas para joderle la existencia a quien lo abra.
- Peinarte como un emo y luego pegarte a ti mismo.
- Mirar fijamente los senos de tus amigas.
- Fingir que te desmayas en medio de la Universidad y luego levantarte normalmente.
- Hacerle pataleta a tus padres para que te compren un juguete (No importa la edad, importa joder).
- Cortarte las uñas de los pies y dejar los pedacitos en la almohada de tus hermanos.
- Tomar las cámaras o los celulares de tus amigos y tomar fotos estúpidas.
- Gritar en la calle y salir corriendo.
- Ir a un parque a pensar.
- Comer helado.
- Lavar los platos.
- Escuchar música a todo volumen.
- Comentar todas las fotos y los estados de tus amigos por las redes sociales.
- Trollear a tus amigos por las redes sociales(Parecido a lo anterior).
- Pedirle 100000 pesos a tus padres.
- Reírte en un salón de clases mientras todos están en silencio.
- *En un restaurant* Eructar y hacer parecer que fue tu novi@.
- Tocar a tus amigos de manera sexy.
- Agarrarle de la mano a tus amigos y hacer parecer que son pajera (Hombres heterosexuales y machistas).
- Meterte con "El ché Guevara" en un salón de clases de Artes o de Periodismo en una universidad pública.

En fin, hay muchas cosas que puedes hacer para desestrezarte, solo debes asegurarte que en todas y cada una de ellas la pases bien y sonrías, la vida es muy corta para andar siempre con cara de culo.

domingo, 5 de mayo de 2013

Obsesivo

Soy una de esas personas raras que se fijan en todos y cada uno de los pequeños detalles de la vida, soy de esos que se quedan viendo las materas de la casa para observar las plantas y toda la pequeña vida que las rodea. Soy un enfermo con mis plantas, las miro, las detallo, las toco, las huelo y puedo quedarme 1 o 2 horas enteras apreciándolas. Y es que me encanta la herbología, y la vida y los pequeños insectos de colores que veo en ellas.

Y soy igual en todas las cosas en  las que me fijo. Es raro porque a pesar de ser un tipo relajado resulta que soy muy prolijo para algunas cosas. Soy de esas personas que no se conforman con una palabra hasta haberla escrito bien, y me molesta mucho cuando escribo una palabra y me toca escribirla 3 o más veces puesto que me equivoco y no la escribo de manera correcta, o cuando estoy friendo papas, detesto ver papas montadas una encima de la otra mientras se fríen, si no están todas al ras de la olla, no estoy contento.

También detesto enormemente cuando el plato de comida no queda bien ordenado, las papas deben de ir a un lado, el arroz por el centro o tomando la mitad del plato, y la ensalada o la carne abajo de las papas, de no ser así, la comida se me amarga, igual que mi genio. Detesto las cosas mal organizadas, pero es paradójico, puesto que mi cuarto es un maldito campo de batalla, con ropa, empaques de dulces en el piso, y demás cosas regadas por el suelo.

Detesto que mi cabello quede desordenado cuando me peino, por eso lucho por minutos para que ningún mechón quede fuera de lugar, obviamente a mi no se me para... el pelo, por eso luego de luchar para peinarme cuando salgo a la calle ya mi cabello esta abajo, durmiendo, acostado, es un maldito pelo de coreano.

El otro día haciendo pizza en mi casa me puse obsesivo con el jamón y los champiñones, puesto que siempre veía espacios vacíos entre los ingredientes, y pasé cerca de 20 minutos colocando champiñones y pedacitos de jamón donde me parecía que habían espacios en blanco, de hecho fue algo bastante desesperante puesto que a la final me tuve que comer la pizza con pedazos en blanco que nunca me pude explicar de donde mierda salieron.

Y toda mi vida ha sido así, siempre busco hacer las cosas de la manera más perfecta posible y a la final me frustro porque me doy cuenta que soy realmente un pésimo perfeccionista y de cualquier manera siempre dejo las cosas a medio andar. Me odio a mi mismo, paz.



viernes, 3 de mayo de 2013

Volviendo a ser normal

Todo el mundo que me conoce sabe que soy una persona alegre, descomplicada, relajada, amistosa, y feliz. Pero, actualmente las cosas han cambiado, ya no soy el mismo chico de antes que veía siempre el lado bueno de la vida, ya que algunas cosas han pasado que me han hecho cambiar mi manera de ser. Ya me di cuenta de todo, ya me di cuenta que aunque yo así lo quiera, la vida no es color de rosa y que las cosas malas a veces suceden; me dicen a diario que he cambiado, detesto que me diga eso, o que me pregunten si me ocurre algo, pero la verdad es que sí, he cambiado y no sólo eso, sino que además si me ocurre algo, no sólo me ocurre algo, me ocurren muchas cosas. 

Mi intensión no es cambiar con las personas y que mi nueva forma de ser afecte a los demás, pero si hay algo que tienen que entender los que me rodean es que he desarrollado esa cosa asquerosa que los humanos comunes le llaman "sentimientos", es una desgracia para mi, puesto que nunca he sido sentimental y no estoy hecho para ser sentimental, pero bueno... Supongo que las cosas tienen que cambiar a medida que pasan los años. Esa cosa desagradable que le llaman "madurar".

Pero tranquilos, no todo es malo, en estos días aprendí a hacer soniditos con las manos, silbar con las manos jajajaja, es algo bastante entretenido, también tengo que decir que conocí el amor, o si no lo es, entonces es bastante parecido y eso también es algo para resaltar. Y por si fuera poco aprendí a crear circuitos, aprendí un lenguaje de programación de computadores llamado C++ y me he transformado en un poeta cursi y buena gente.

¿Entonces que dicen? ¿He cambiado o no? Si piensan que no, igual no me importa y si piensan que sí bienvenidos sean sus buenos deseos para con mi nueva personalidad. Los quiero, un besito en las nalgas a cada uno de ustedes.

martes, 4 de septiembre de 2012

Mi madre y yo

Todos los días recuerdo mis momentos especiales del pasado, recuerdo los juegos de niños, el colegio, mis amigüitos (con diéresis adrede) y cosas especiales que me sucedieron. Pero sin duda alguna, una de las cosas que más recuerdo de mi infancia fueron las coñazas o cagadas a palos o reventadas de orto que me propinaba mi madre, correazos con ira, golpes en los brazos, latigazos por ese culo y demás maneras de castigo; castigo psicológico y verbal.

Fue una etapa un tanto dura pero sin duda alguna memorable, después de todo, son momentos íntimos que forman parte crucial de mi relación con mi madre, de hecho, le doy las gracias... inclusive pienso que eso es lo que ha necesitado la gran mayoría de jóvenes en la actualidad, coñazos y maltrato verbal, obviamente sin excederse claro está.

Los niños fresita de la actualidad, de esos que les gusta Justin Bieber, que montan fotos a las redes sociales prácticamente desnudos solo para obtener "likes" algo que si lo miras desde un punto de vista normal, la verdad son más inútiles que las tetas de los hombres; A menos claro que seas actor porno o algo así, esos que les gritan a sus mayores, esos que se la quieren dar de graciositos a toda hora, esos que no entienden un "No" por respuesta, ésos malcriados hijos de puta, ésos... Ellos son gente que sin dudarlo un minuto, deberían haber recibido más palos que gata ladrona, como dice mi mamá.

Cuando mi madre estaba a punto de pegarme correazos siempre la atmósfera de mi cuarto se tornaba pesada, y a veces contagiaba la atmósfera de la casa entera, el morbo del momento era súper fuerte. Mi mamá siempre se paraba en la puerta de mi cuarto con una mano en la cintura y con el brazo libre relajado apuntando hacia abajo, obviamente con el cinturón preparado y listo para la acción; lo que me hace recordar que siempre ponía la cara de mayor seriedad que he visto en mi vida en una persona, una cara más intimidante que la de cualquier ser vivo. El ritual casi siempre era el mismo, me observaba durante todo el proceso de recoger mi cuarto, encontrar el zapato perdido, preparar la ropa para el colegio del día siguiente o cualquier mierda que me había repetido durante días y no me había dado la regalada gana de hacer. 

Y cuando finalmente yo concretaba mi tarea, pensando que me había salvado, mi madre empezaba a recordarme las mil y una veces que me había dicho lo que tenía que hacer. Hasta que finalmente luego del discurso y la reprendida verbal respectiva, comenzaba finalmente la acción. Correazos van y correazos vienen, se volvía una bestia, me repetía una y otra vez que me lo había advertido y gritaba mi error acompañado de la melodía del sonido a latigazo, mis gritos y mis lágrimas derramadas en toda mi habitación.

Finalmente abandonaba mi habitación, no sin antes hacerme la advertencia de rigor y así concluir otra paliza más que seguramente quedaría en mi recuerdo durante varios meses, o incluso meses, y la verdad hasta años. Pero yo era un niño fiel a mis creencias, por lo tanto, volvía a caer en el mismo círculo vicioso una y otra vez. A mi me parece que en algunos casos mi madre lo disfrutaba, era des estresante para ella, en algunos casos, mis hermanas se metían en medio y me rescataban, en otros casos mi fortuna era bastante desafortunada valga la redundante frase y no había humano que me pudiese rescatar de mi destino inexorable, una paliza agria y bastante energética. 

A todas estas quiero a mi madre y aprecio todo lo que hizo por mí, ojala hubieran más madres como ella, pero la sociedad actual esta en declive, los valores se van perdiendo y los psicólogos son cada vez más caprichosos, todo parece indicar que cada día seguirán surgiendo padres de mierda hasta que todos seamos humanos carentes de valores y sentido común y se acabe el mundo.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Tristeza y su significado.


La tristeza es un sentimiento humano, como tal, nos persigue a 
toda hora y en casi cualquier lugar del mundo la podremos 
encontrar. Es uno de los sentimientos que más comúnmente se 
expresa, y la verdad es uno de las más destructivos y 
estúpidos. Pero lo que si esta claro es que la tristeza nos ha 
afectado a todos y cada uno de los seres humanos. De eso no 
hay ninguna duda.

¿Pero que puede hacernos entristecer? bueno les contaré, el 
otro día iba caminando por la calle pensado en muchas cosas, 
en la chica que me gusta, en la vida, en mí vida, en mis 
cosas, en fin vainas mías...

Me dirigía al mercado, puesto que mi madre esa mañana me había 
pedido el favor de ir a comprar algunas cosas necesarias para 
la casa. No era la gran cosa la verdad, era una tarea 
sencilla. Lo que la hizo dificil paso mientras hacia la fila 
para pagar las cosas.

Tan solo una persona es necesaria para destruír la vida de 
otra, en un instante, en un momentito; y lo puede hacer 
incluso hasta sin querer. Un hombre cargado de pacas de 
cerveza destrozo mi vida. ¡Dejó caer 3 pacas!, o sea, reventó 
cerca de 36 cervezas de un solo golpe. 

No he podido dormir bien desde entonces, las imágenes 
horribles se han instalado en mi mente, el trauma psicológico 
durará mucho tiempo.

La vida no ha sido, ni será la misma desde entonces.

lunes, 6 de agosto de 2012

Razones de sobra para pegarse 43 pajazos seguidos y morir lentamente.

Esto va para los hombres.

Si alguien te dijera que es bueno hacer juegos previos antes de tener sexo, quizás estará en lo cierto, pero por las llamas del infierno, duele. Ahora entiendo cuando te dicen "dejarte con las bolas llenas", si la calentada de pijas te quitase 1 año de vida por cada vez que te pasa, se los digo sin que me quede nada por dentro, yo ya estaría muerto desde los 16.

¡Espera! ¿Tienes amigas calienta pijas? pues entonces estas en un serio problema, un problema bastante gordo y doloroso. Es una especie de piedra en el zapato; aunque actúas como si te gustara tener "esa" piedra en el zapato. ¿A quien no le gusta que las mujeres lo toquen?, le digan cosas cochinas o bonitas (Depende de ti.), ¿a quien no le gusta que la chica se te suba encima y te empiece a acariciar?. Creo que a todos, pero, si hay algo que de verdad es una hija de putada siniestra es que luego de hacerte todo lo previamente mencionado, al querer avanzar un poco más, ellas te frenen. "Ay Fuckensio, yo no se, tu eres mi amiguito, y yo te quiero mucho así..." No tengo la necesidad de completar la frase ni mucho menos continuar, la mayoría de nosotros sabemos lo que sigue.

¿¡Pero que carajo hacer!? llega un momento en el que la "calentada de pijas" se vuelve en vez de un beneficio o un "gustico" en una maldita pesadilla, luchas con las ganas de mandar todo a la mierda y meterle tu pene sin importarte si lleva aún puestos los pantalones, porque la verdad tienes el pene tan duro que puede atravesar  hormigón. En este caso lo único que queda es tornarse serio y pedirle que se coma la "comida" que ha calentado una y otra, y otra, y otra, y otra vez.

Déjate de mierdas y pídele sexo, o en caso tal dile que: A menos que quiera completar el proceso que inició, que se detenga ya que ese tipo de jueguesitos a ti no te gustan.

Hay 4 posibles escenarios:

1- Acepta y te la tiras y descargas los 400 mililitros de semen acumulado.

2- Se detiene te mira feo y te dice que no.

3- Te golpea y te dice que no le hables.

4- Se va y deja de ser tu amiga.

Lo bueno es que si te dice que sí, la pasas bien. Tómalo en cuenta.
Si te deja de hablar, nada que hacer, hay tantos peces en el mar...

Es la única opción, es lo más sano que puedes hacer. En serio.

Sino te gusta la idea de arriesgar una amistad buena y "bonita" por cancelar la calentada de pijas, bueno, sigue, después de todo, peor es nada... (Sí, claro...)

Por cierto soy bastante hipócrita, estoy dando consejos que no sigo...