lunes, 20 de mayo de 2013

¿Quejándote a toda hora? Ven aquí...

Te odio.

Cuando la vida te llama a rendir cuentas, a veces te llevas una gran jodida sorpresa. Muchas personas actúan de una manera tal que simplemente deja demasiado que desear; y son esas personas las que más se quejan, de su destino, cuando han sido artífices del mismo todo el tiempo. Esas personas son sin duda alguna las más molestas, las más desubicadas, las menos agradables, y las con que nadie quiere pasar tiempo.

Y es que está bien quejarse, ¡está bien!, lo que no está bien es sobre-quejarse por absolutamente todo. Yo lo admito, yo me quejo mucho y por muchas razones estúpidas y sin sentido, pero al fin y al cabo me quejo e inmediatamente me convierto en una de las cosas que odio. Lo siento, no soy perfecto, es más, soy creo que el único ser tan disfuncional en mi hogar.

Cuando salgo a la calle, todos los días ves gente quejándose  del gobierno, del alcalde, del gobernador, de los concejales  de la basura, de los precios, del sol, de la luna, del tráfico, etc. Muchas cosas, muchas cosas que se presumen importantes en nuestra vida cotidiana; esas cosas molestas que tienen las ciudades. Y entonces empiezo a reír, reír de sus quejas y melindres, y pienso en mis adentros que los odio.

Y bueno... supongo que eso es todo lo que pienso de los "quejetas". Nada. A pesar que los odio, intento ignorarlos, claro a veces se torna misión imposible.

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