Erase una vez, el señor maní, un maní grande y gordo color beige. Siempre le gustaba estar jugando y correteando con los niños. Hasta que un día decidió darle un vuelco a su vida, su plan para ello era juntarse con los otros manís y conocer nuevos amigos, pero, sus amigos niños no estaban muy a gusto con la idea porque ellos pensaban que si eso pasaba lo perderían para siempre.
El señor maní era un maní amable y muy amistoso y cuando se dio cuenta de la opinión de los niños solo pudo sonreír e intentar convencerlos de que no los olvidaría, pero la "Troop" de niños (como los llamaba él) se encontraban reacios ante la supuesta descabellada idea de el señor maní, "¿Y cuando regresará? ¿Se quedará para siempre? ¿nos olvidará? ¿Qué será de nosotros?", solo eran algunas de esas tantas preguntas que les preocupaba a la "Troop" solo podían pensar en el dolor que les causaría estar solos...
Al fin el día llegó y a el señor Maní le había llegado la hora de marcharse, los niños no hacían mas que sollozar y tornarse realmente tristes, el señor Maní solo podía intentar calmarlos y decirles que todo iba a estar bien, pero los niños, aún así, solo sabían que lo iban a extrañar mucho, ¡¡mucho!!. Pero, el señor Maní guardaba un oscuro secreto, él, nunca volvería.
El señor Maní no quería volver, no porque no quisiera volver a ver a su "Troop", sino porque él se encontraba muy enfermo y no estaba de acuerdo con que los niños lo vieran de esa forma, el señor Maní, había hecho muchos amiguitos durante su larga vida, él para ese momento ya tenía cerca de 80 años, la vejes y la enfermedad eran implacables y despiadadas pero a pesar de todo en su cara siempre había una sonrisa mientras hubieran niños con los cuales interactuar y jugar. Su personalidad era encantadora y abrumadoramente divertida.
Pasaba el tiempo y la salud de el señor Maní, cuyo nombre completo era "Maní Salado Tostado" iba en picada al desastre, aunque su distancia no lo llenaba y lo ponía muy triste él seguía pensando que era lo mejor para que su "Troop" no lo vieran en ese estado y no se sintieran mal por el, pero lo que el no sabía era que los niños se sentían mucho peor al no tener noticias de el. Por otra parte los niños se reunieron un día y decidieron de forma unánime que si el señor Maní no venía, ellos lo irían a buscar (Como dice el refrán "Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma").
El día llego en el que la "Troop" iría a encontrarse otra vez con el señor Maní. Todos estaban muy ansiosos de verlo nuevamente, pero, cuando iban saliendo todos juntos les cayo un rayo y todos murieron...