domingo, 18 de mayo de 2014

Soy estrato 4 y soy de escasos recursos

El otro día, lleno de ganas de salir adelante, me puse a investigar mucho acerca de los subsidios para estudiantes con bajos recursos, me sorprende darme cuenta que de hecho la sociedad en general, malentiende el hecho de vivir en sitios con "estratos" superiores al 3. Colombia es un país hermoso pero incomprensible a veces.

El hecho de vivir a un "estrato" superior al 3 no significa, y no es directamente proporcional a ser millonario, eso lo malentienden a menudo en éste país. Si alguien de otro país me está leyendo(cosa que dudo) debe saber que en Colombia, clasifican a los hogares según su estrato social, el estrato social lo define el gobierno muy a lo "malditasea", es decir; si vives en una casa con mas de 1 piso, y en un buen barrio, seguramente serás de un estrato superior a 3(en Colombia los estratos van de 1 a 6), es como si dijeran: "Tiene una casa bonita, debe ser adinerado y poderoso". En otras palabras, te ves obligado a vivir en un tugurio, vivir en un maldito hueco, en la peor de las porquerizas, en una horrenda pocilga de mierda, para que no abusen de ti con los impuestos y servicios públicos, entre otros.

No tengo dinero, y no tengo un espacio de tiempo lo suficientemente amplio que me permita trabajar en alguna empresa y ganar algo de metal. Entonces, si eres estudiante, te quedan opciones reducidas. Optar por un trabajo de medio tiempo, o en caso tal de no encontrar el empleo; cosa que ocurre en general, puedes solicitar al gobierno un apoyo económico o subsidio de manutención. Proveniente de un fondo en el cual las empresas privadas se encuentran obligadas a aportarle cierta cantidad de dinero anual al mismo. Te pagan algo así como la mitad del sueldo mínimo cada 2 meses, no estoy completamente seguro, creo que sería un poco más. Peeeero... detalle especial, sólo para personas con estrato social entre 1 y 2.

¡Y la clase media qué! Nos comemos un puto cable de cobre, ¿por qué? Porque así lo quiso el gobierno colombiano, porque el gobierno colombiano en definitiva se olvidó de la clase media, aquí no hay ningún tipo de beneficio para la clase media, ni que hablar de la clase alta. Las personas se quejan y dicen que los "ricos" no pasan trabajo y que en Colombia los ricos mandan. Es mentira, en realidad todos los beneficios los tienen las personas con bajos recursos.

Yo soy de bajos recursos, pero ¿qué pasa? Que vivo en una casa con estrato social 4, lo que me ubicaría dentro de las personas que tienen recursos para pagar una cantidad de dinero más alta por cualquier servicio público. Universidades públicas no tan públicas, servicios públicos más caros, impuestos más altos y cero beneficios es lo que recibimos mensualmente los clase media. Digo, ¿Quién coño puede sacar millón y medio de pesos para pagar un semestre en una universidad supuestamente pública? Respuesta, no lo sé, todo nos sale más caro, es odioso pretender que lleguemos con un margen de gastos más o menos pequeño para poder pagar todas las demás cosas que se necesitan para vivir de manera digna.

No hay beneficios, no hay facilidades, no hay condescendencia, no hay clase media colombiana. Triste, pero cierto.

Calidez

Su piel es cálida, sus besos hacen estragos en mi consciencia; despoja mi mente de toda duda o temor, cuando la piel de sus labios tocan mi cuerpo mis ganas de tomarla y hacerla mía aumentan a medida que sus manos tocan mi rostro. Rebosante de pasión empiezo a temblar, mis pupilas tiemblan descontroladas, cierro mis ojos y el deseo aumenta, mis manos rodean suavemente sus mejillas a medida que mi corazón se acelera y me abraza más fuerte. Me descontrolo y la beso más y más, la velocidad se incrementa, mis ganas de ella se disparan, me derrumbo en un colchón de caricias a medida que la ropa pide a gritos abandonar nuestros cuerpos.

Siento lentamente su desesperación, y me lleno de ansias. Beso su cuello y escucho un pequeño gemido que la delata, ella no abre sus ojos, beso sus mejillas, su frente, cada vez estamos más cerca, ella respira cada vez más profundo. Mis temblores permanecen y se hacen más fuertes. Mis manos recorren todo su cuerpo sin oposición y siento sus manos haciendo lo mismo.

Aún con los ojos cerrados siento como se me pone la piel de gallina y las cosas toman su curso amoroso, nuestros cuerpos arden, tanto como nuestros corazones. Nuestras almas se funden en una, y en un fuerte abrazo de amor nos convertimos en los únicos habitantes del planeta. Nos necesitamos, nos amamos como nadie; nunca será suficiente, siempre querremos más el uno del otro.

Abro los ojos y la observo sin que se de cuenta, la veo con sus ojos cerrados y muero con la belleza que posee y de la que al parecer nunca se ha dado cuenta. Acaricio su rostro nuevamente y parezco olvidar mis pensamientos carnales para con ella. Su belleza me impacta y me vuelve un ser completamente inocente y libre de malos pensamientos; aún así, mis ganas de ella siguen creciendo y procedo lentamente a hacer que sus prendas vayan cayendo. Ansioso le quito su blusa, también su brasier. Puedo ver sus hermosos pechos, puedo ver su piel, puedo ver su bello torso, puedo verla como fue traída al mundo.

No he terminado, no lo he hecho todavía... sigo recorriendo su cuerpo, y sigo haciendo que sus prendas caigan. Voy por sus pantalones y puedo verla más natural. Tiene hermosas piernas, cada prenda que le quito me va matando un poco más, me duele quitarle su inocencia, me duele que tenga la necesidad de sentir placer con tanta belleza e inocencia junta. Aún así, me siento afortunado de tenerla conmigo, que sea yo quien la haga suspirar y gritar de placer; disfruto el hecho de hacerla sentir cosas que quizás nunca había sentido antes con ningún otro. Amo sobre todas las cosas hacerla sentir bien, así sea en la carnalidad, ella merece alguien que piense primero en ella y luego en él mismo.

Las bragas finalmente seden y ella me desnuda a continuación. Finalmente nuestros cuerpos se hayan desnudos en la penumbra de la habitación, nuestro calor corporal va subiendo poco a poco y mi deseo por ella sigue aumentando de forma increíble. Aún así, crease o no, siento dolor, "me duele hacerle esto" pienso en mis adentros. No quiero arrancarle su aparente inocencia, me gusta así. Paradójicamente no me puedo detener y quiero más de ella, mi lengua hace estragos en su cuerpo mientras la humedad se acrecienta.

Y llega finalmente la hora que muchos esperan pero la cual yo tanto temo, entrar en ella. Soy sincero, no me gusta entrar en ella, estar en ella es incómodo para mi. Pero, sería idiota de mi parte asegurar falsamente que no me gusta hacerlo, me encanta, soy un tonto, me contradigo demasiado, pero si la vieran pensarían lo mismo que yo; lo peor de todo es que me apoyarían. Empiezo a rozar mi cuerpo contra el suyo describiendo un movimiento singular. La humedad sigue creciendo a medida que el volumen de sus gemidos y suspiros de placer también crecen. Me vuelvo un esclavo de su ser, y mantengo mi ritmo lento y apasionado. Ella luego deseosa y ansiosa por más me hace acelerar, y luego de un tiempo, varias posiciones, y sobretodo muchas caricias, palabras, y amor, llegamos ambos al clímax y siento como ella lo disfruta al máximo, todo ese placer que me encanta generarle, nos lleva finalmente a estar tumbados en la cama, sudados, lúbricos y con nuestros corazones acelerados y nuestros cuerpos ardiendo. Nos sumimos en un abrazo de amor y acaricio su hermoso cabello y me siento en el cielo mientras su agitado ser reposa entre mis brazos. Por ese momento; me siento el rey del universo. Soy la persona más afortunada al tenerla a mi lado.

Mis pensamientos vagan, la amo, y no dudo en decirlo al igual que ella me lo dice a mi. No paro de mirar su hermoso cuerpo, tampoco me pierdo ni un instante su sonrisa llena de felicidad y satisfacción, me encanta ver esa tranquilidad y paz en su ser, es simplemente demasiado hermoso ese momento. Sus ojos cerrados me matan, pero a pesar de que los prefiero abiertos viéndome, no dudo en desear que los mantenga cerrados un poco más, porque me encanta ver la cara inocente y llena de paz y belleza que tiene cuando sus ojos no me miran, casi como si la paz que refleja a simple vista, fuese absorbida por mi ser.

¿Estaré perdiendo la cabeza por ella? Para ser sincero no me interesa si es así, a la final lo carnal es importante; es cierto es indudable, pero que sería de lo carnal si luego de que ocurre no puedo abrazarla durante un rato y acariciar su rostro. Me mata, me muero por hacerlo, me muero por ella, la amo tanto que a veces me duele. No me importa que me duela, me importa que ella este conmigo y que todo nuestro amor pueda darse sin medidas y al natural. No soy el mejor  hombre del planeta, y no se si pueda darle todo lo que a mi parecer se merece, me remuerde no saber si seré capaz de darle todo lo que quiero darle, pero de cualquier forma la amo, la amo, la amo, nunca me cansaré de decirlo. La amo con todo mi ser y fuerza que pueda haber en mi cuerpo.

Una bonita tarde con imanes de neodimio

No es un secreto para nadie el hecho inequívoco de que los niños tienen una gran imaginación, a parte de llevar los límites de la imaginación a extremos insospechados. En mi caso siempre fui un niño muy imaginativo, podía crear mis propios mundillos maravillosos donde sólo entraba yo y mi habitación. Aún recuerdo esos maravillosos días, llenos de goce y diversión, días maravillosos en los cuales me alejaba del mundo real; disfrutando así, de mi mundo imaginario.

Tuve pocos amigos en mi infancia, pero los que tuve han sido y son muy buenos, puedo recordar a uno de mis amigos de niñez con quien compartí algunos años de mi vida escolar, de mi primaria. Él era una persona alegre e inocente, le gustaba reír mucho, un chico del cual nunca noté tristeza alguna ni resentimiento para nadie, un chico animado, un un tanto más sociable que yo. Ése chico cierto día, tenía en su poder dos trozos de imán, me parecían bastante curiosos puesto que eran plateados y no negros como los que siempre había visto; me interesé bastante por ellos puesto que su fuerza de atracción y repulsión entre ellos era bastante fuerte. Sin dudarlo ni un minuto, al término de la clase se los pedí prestados, y sin dudarlo él tampoco, me los prestó.

Cuando me fui a la casa con mi madre, estaba muy feliz recuerdo, me cambié, me bañé, hice mi tarea (raro) y me dispuse a jugar con los imanes; quería divertirme, ¡sólo quería divertirme maldita sea!. La primera fuente de diversión que me generaron los imanes, fue lanzarlos al aire, y ver como se atraían y caían adheridos uno al otro. Jodí tanto con ellos, que la verdad no soy capaz de enumerar ni describir con detalle todas mis acciones esa tarde respecto a mis juegos con los susodichos imanes.

¡Hasta que me puse realmente ocioso! En un momento de estupidez mental y de júbilo desmedido, tomé los dos trozos de imán e hice un puto sandwich con mi prepucio. No debo decir más, obviamente los dos imanes tenían una capacidad de atracción muy fuerte, y aprisionaron con mucha agresividad mi pobre prepucio(El cuerito de pene). Luchaba a brazo partido, luchaba por sobrevivir, luchaba por conservar mi pene intacto, luchaba por no circuncidarme yo mismo. Intenté de muchas formas separar los imanes, hacía intentos desesperados, utilizaba mis uñas, mientras lloraba y me retorcía de dolor.

Luego de eso mientras las lágrimas corrían por mi malaventurado rostro, intentaba desesperadamente separar los putos imanes; sin ningún resultado alentador. Cuando finalmente creí estar a punto de rendirme y decir a alguien lo que me había sucedido, logré separar los magnetos.

Mi pene era un mar de sangre, y mi rabia más grande que todos los océanos de la tierra juntos. Estaba asustado y adolorido, sudaba y me encontraba agitado e hiperventilado. Maldecía a los muertos de toda la faz de la tierra. Y me cagaba en todo el mundo. Definitivamente, fue una tarde inolvidable.

Un consejo de mi parte, nunca duden del poder de los imanes de neodimio, más aún, nunca subestimen su fuerza, puede llegar a ser fatal. Mi pene aún lo recuerda, y llora de dolor al imaginarse en una situación parecida. Amigos, amigos, amigos... no lo intenten en sus casas.

Besos con saliva.