viernes, 15 de abril de 2016

Biografía real de Maduro, su nacionalidad, y más...



Nicolás Maburro Moros, nació en el mes de Septiembre del año 1962 el primer día de luna llena,  en Santa Cúcuta, estado Cúcuta, separado de Venezuela en el año 1963 por diferencias políticas entre el gobernante del estado súper venezolano Elkin Andres Jaramillo Mena y los Estados Unidos de Venezuela posteriormente adherido a la República de Colombia a los 360 días del hecho; producto de un escupitajo de asno, que recibió doña María Moros gracias a una serie de descuidos mientras con mucha parsimonia intentaba sacar la ropa a secar en su solar. Un niño de tez morena, rechoncho, y con tan pocas esperanzas de ser bonito, que su madre tuvo problemas para dormir durante unos cuantos meses; no por el llanto copioso y abominable de Nicolás, sino por su apariencia vomitiva y desesperante a la vista, finalmente vio el mundo.

A los 5 años cumplidos era uno de los niñitos más traviesos y simpáticas…simpáticos* del barrio, le encantaba jugar a la R, también jugaba a la R telenovelas, jugaba al escondite y a besar a sus amigos en el cuello antes de cantar que los había descubierto; un auténtico trolazo por donde lo mires. En el colegio Mercerdes Gomez Torres donde estudió hasta sexto grado de educación básica siendo uno de los mejores de su clase… claro, ¡no frunzas el ceño a modo de desconocimiento y desaprobación! Se graduó con 7 estrellitas de honor(Los mejores estudiantes recibían 5 estrellitas como máximo posible) y empezó la secundaria en la misma escuela, aunque rescindió de continuar sus estudios luego de 2 meses de curso al pensar que simplemente esos maestros simplones, poco competentes y cagarrutas del séptimo grado sección “C” donde estaba, eran poco capaces de mejorar aún más su ya maduro y completo intelecto.

A los 12 años cumplidos empezó su propio negocio de venta de heladitos tipo teta, en los buses de la ruta 322 del acopio de la cooperativa de transporte Vargas. Cuando poco a poco, y más tarde exponencialmente, sus clientes fueron aumentando en número, Maburrito más se fue interesando en ser alguien de valía en esta vida llena de sufrimiento y pocas oportunidades, llena de patrañas, corrupción, escasez, problemáticas raciales, y pobreza extrema de la cuarta república parasitaria y fascista-imperialista venezolana. A fuerza de martillo, clavos y tablas, construyo su propio stand de distribución “Maburrito’s inc” siendo sus helados un completo éxito entre los conductores de microbuses de la ruta. Un mes después del inicio de sus actividades laborales fue nombrado empleado del mes y presidente vitalicio del sindicato de protección a los trabajadores de su empresa, producto de su arduo trabajo y asertividad. Su vida se llenó de alegría, aunque como todo en la vida según él, era una alegría hueca, amarga, opaca, y distorsionada por el hecho de sufrir múltiples abusos sexuales de parte de varios conductores de la ruta que le prometían propina e ingresos extra por los excelentes servicios que Maburro brindaba al darles sus tetas para chupar. (Hablo de los helados.)

Llegaba a su casita pequeña pero acogedora a entregar cierta parte de la cuota resultante de la venta de sus tetas. Su madre incrédula y con mirada estéril observaba con desprecio las monedas y los billetes arrugados que su hijo depositaba en sus manos. Maduro feliz o infeliz con las ganancias del día, se dirigía a su cuarto a guardar la parte que reunía de sus ventas y servicios “extra” detrás de uno de los ladrillos de la pared de su habitación.  Con la espera de algún día reunir suficiente para comprar más tablas y clavos y abrir otra sucursal de su exitosa futura franquicia. La mayoría de las veces y a tan sólo minutos después de llegar de trabajar y mientras se encontraba recostado en su cama, llegaba uno de sus padrastros a la habitación. Maburro empezaba a sudar y sus ojos se tornaban vidriosos, su hora de pagar la otra cuota había llegado, su padrastro comenzaba a desvestir a un Maburro ansioso y excitado; y pasaba…simplemente pasaba.

Maburro a los 23 años luego de finaaaaalmente haber abandonado su casa, cansado de tanto abuso y con tres puestos de tetas distintos a tan solo 30 metros separados entre sí, los cuales atendía en paralelo correteando del uno al otro cada vez que llegaban clientes a los mismos, supo que aunque estaba obteniendo una ganancia decente, solo trabajando en una empresa de éxito relativo  no podría llegar más alto de lo que pudiera llegar a estar. Así que con decisión y nervios de acero cerró sus tres puestos, y decidió dar un paso más grande en su carrera. Luego de conseguir el favor de otro de sus padrastros con aparentes rasgos dudosos de ética, logró aprender a manejar, sacar su licencia, y convertirse en conductor de uno de los metrobuses que tanto había visto a medida que los años pasaban y su altura física aumentaba.

Por supuesto que era uno de esos conductores buena gente, le encantaba ayudar a las personas de la tercera edad a montarse al bus, porque según el mismo decía, le recordaba a uno de sus padrastros cuando lo miraban a él, decía esto mientras los ancianos asqueados y nerviosos se sentaban en los puestos más lejanos al asiento del conductor que fuese posible (lol). Poco a poco las personas fueron reconociéndole y su popularidad aumentaba, sus compañeros de trabajo llenos de envidia y contrariados lo invitaban a beber miche adulterado a ver si le ocurría algo. Sin embargo hierba mala nunca muere, por lo tanto ninguno de esos miches piches hizo alguna mella en su salud.
Al ser uno de los conductores que menos demoras y reportes tenía en su memorándum, surgió su primera oferta de empleo en una empresa grande y seria. El Metro de Caracas le tendió su mano a un Maburro feliz y triunfador. Maburro aceptó el trabajo con su nueva empresa y por fin tendría algo que contarle orgulloso a su madre, sin asumir obviamente que su madre compartiría el mismo orgullo que él. Sin embargo eso era de poca importancia. 

El 3 de Febrero del año 1993 a los 33 años de edad fue encarcelado luego de darle miche piche a uno de sus compañeros de trabajo del Metro de Caracas mientras quería dárselas de gracioso y MC (Main Character para los que no saben). Su compañero Víctor Andrés Mata Domínguez fue hospitalizado por 14 días demandando a Maburro luego de ser dado de alta por intento de asesinato con miche, hay que acotar que las autoridades públicas también le agregaron el cargo de distorsión al orden público, por ser quien gritaba y se reía más fuerte cuando ocurrieron los hechos que desencadenaron su ya mencionada captura. En su estadía en la cárcel, conoció a un joven luchador e idealista, un joven que no se comía el asado negro recalentado que le daban como almuerzo por ser poco saludable, muy lleno de grasa, y ofensivo para los reos. Hugo Ratael Chávez Calientes, un tal teniente-coronel del cuerpo de blindados 43 del Ejercito Nacional de Venezuela. Inspiró e influenció tremendamente a Maburro, prestándole libritos que conseguía de contrabando con uno de los reos dementes el bloque 3 de la cárcel Puerto Alegre allá en Santiago de León  de Caracas. Entre los pocos que se pueden nombrar y además comprobar que sí leyó Maburro estaban:
  •           “Mein Kampf” del gran escritor y comediante Alemán Adolfo Hitler
  •           “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry.
  •           “Mi jardín” de Antonio Díaz de Cerio de la colección Angelito
  •           “Ña Gordinflona y Ño Flaquinin” el cual leía en sus tiempos de estrés absoluto para calmarse.

Sus carcajadas eran tan molestas y tan subidas de tono, que los reos en venganza lo golpeaban en las costillas cuando iba a recibir la bandeja del almuerzo.

3 años después el 25 de Marzo del año 1996 Maburro salió de la cárcel a comerse el mundo, y a recuperar de una vez por todas el honor que años atrás luego de sufrir miseria, humillaciones, hambre, y ofensas, había perdido. Volvió reencontrarse con el futuro salvador de la República de Venezuela Hugo Chávez Calientes con quien luego de compartir conocimientos, opiniones e ideologías llegó a conocer mejor que nadie y reconocer como un amigo, pero sobretodo como un compañero de lucha fiel y acérrimo con sus ideales. Juntos, mientras Maburro caminaba a su lado manoseándole los cojones, recorrieron toda Venezuela llevando sus palabras de cambio, frescas y reconfortantes que todo el mundo en aquel tiempo quería oír, pero que nadie era capaz de pronunciar. Había finalmente comenzado a gestarse un cáncer movimiento* socio-político conocido como MBR-200, con ideales de altísima sapiencia, y muy adelantados para su época.

Un año más tarde en 1997 luego de llevar la palabra de salvación a gran parte del territorio del país, y con la creencia de que era hora de propiciar el cambio en el país, se fundó el partido político sin fines de lucro MVR, o Movimiento Virtual Reality, que buscaría llevar al país a un mundo virtual de fantasía donde todos serían amigos, sin crimen, sin escasez, sin filas, de armonía, y prosperidad. Algo así como un Tsukuyomi infinito menos arrecho…más criollo pues…muy parecido al plan “Tsuki no Me Keikaku” pero no tan elaborado. Tú sabes a lo que me refiero.

Febrero 2 de 1999 Madara Hugo Chávez*, es electo presidente de la República de Venezuela, y el país nunca volvería a ser el mismo, mientras Obito Maburro* observaba desde las sombras y aplaudía y se felicitaba así mismo en sus más íntimos momentos de soledad, se dio cuenta que finalmente su momento para ser uno de los más grandes había llegado. Sin escatimar gastos compró la mejor corbata que consiguió en Don Regalón y se puso el flux con menos remiendos de su tío Marcos y empezó a jalar bolas con bastante estilo, hasta que su “amigo” Chávez, cansado y con las pelotas en las rodillas luego de tanta jaladera le ofreció un puesto en su gabinete como dirigente político de su partido, Maburro a pesar de haber sido uno de los miembros fundadores, nunca fue parte oficial del partido porque seguía invitando a miche chimbo a sus compañeros del MVR, pero como todos sabían cómo era su actitud, nadie nunca le aceptó el miche.

Maburro en sus tiempos libres también practicaba su firma, para cuando tuviera que firmar cartas y documentos importantes. Empezó a hacer rayas y trazos al azar durante tres horas y media según cuenta él mismo, hasta que encontró un garabato lo suficientemente armonioso, y practicó hacer el mismo trazo desordenado una y otra vez hasta que lo transformó en suyo; así nace la firma de Nicolás Maburro Moros, como la conocemos y amamos. Por supuesto que no podían faltar las horas que se grabó hablando frente al espejo muy a lo Robert De Niro con la Handycam de su cuñado Mauricio, a pesar que no tenía hermanos directos, su hermana por parte de uno de sus padrastros Jessica tenía un novio, Mauricio, quien le prestó la Handycam que ya no usaba por estar “out”. De los videos ahí logrados, seleccionaba los que más le gustaban y los miraba comiendo Miramar, y tomando jugo frica, se reía por horas y horas junto con la que sería más tarde su compañera sentimental Cilia Raquel Flores Verdes. Esto para prepararse para cuando tuviera que realizar, elaborar, o declamar discursos muy elaborados y de alto contenido intelectual a todas las televisoras de Venezuela y el mundo.

Luego de tantos años de jalabolismo intenso y férreo y leer 14 veces más “Mi Jardín” Maburro llegó a la Asamblea Nacional Constituyente, como diputado, tantos años de trabajo…tanto esfuerzo finalmente fue pagado. ¡Vaya que sí! Tomo a Cilia de la mano en Agosto del 1999 y salió a su primera sesión como diputado de la constituyente, y convenció a todos de su alta capacidad, tal logro sin haber soltado la mano de Cilia, ya con la mano toda sudada y desesperada. Año 2000 finalmente coge el último impulso hacia atrás para despegar por todo lo grande su carrera política, resulta electo en los comicios parlamentarios de ese mismo año como diputado de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela.

Un Maburro más maduro y con más peso, decidió “Why not?” cambiar su apellido a Maduro, y se inventó el cuento de que su abuelo era Holandés, y su tatarabuelo era de las Antillas, “quien llego como esclavo del imperio persa en el año 1834 AC, etc, etc, bla bla”, mientras intentaba meterle en los bolsos de sus compañeros diputados botellas de 300 ml de miche chimbo. Año 2005 y Maduro fue reelegido como diputado a la Asamblea Nacional. Sin embargo ésta vez las cosas tendrían una tonalidad distinta, no solo por el hecho de que ya era conocido en el gremio como uno de los más grandes políticos, y además expendedores de miche chimbo de Venezuela, sino también porque ésta vez fue electo: Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela. Título que llevó con orgullo y seriedad el resto de su ciclo como diputado, dejando malas costumbres como hablarle al espejo, olvidarse del arroz en bajo que dejaba Cilia a su cargo mientras recogía a Nicolás Jr. del colegio, dejar de comer el famoso asado negro recalentado para recordar sus bonitos momentos con Hugo.

Inicios del año 2006, luego de dejar atrás su cargo como presidente de la asamblea nacional de Venezuela, un Maduro firme, más pesado, más viejo, más feo, y más marico, pero también más vivo y coño ‘e madre con las bromitas del miche en los bolsos. Hizo su primer curso de inglés básico que se encontró por suerte en una de las ediciones especiales del periódico El Nacional, completándolo en tiempo record, 2 días, 4 horas, 37 minutos, y 7 segundos. Su marca y “milestone” personal más importante para él. Luego de contar velozmente a Hugo su épica victoria sobre la ignorancia, el mismo decide ¿por qué no? Darle el puesto de Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela. Título que llevó con orgullo durante todo 2006 y parte de 2007 hasta darse cuenta que nunca hizo el curso nivel medio de inglés El Nacional que dejó puesto en el reproductor de DVD el año anterior pero que no inició porque se acordó del arroz que Cilia dejó en bajo. Como reto nuevo retomó el curso, aunque le costó varias semanas y frustraciones terminarlo por los ejercicios repetitivos de pronunciación y su incapacidad para comprender la diferencia entre “Your” y “You’re”. Lloraba y maldecía con los audífonos puestos mientras Cilia hacía gestos de negación  y tristeza al ver a Maduro tan decepcionado.

Luego de casi 7 años de intentos fallidos al darse cuenta Chávez de que Maduro no servía para el Inglés y finalmente verlo rendirse penosamente a 4 capítulos de terminar el nivel medio, decidió por su bien y salud mental, luego de haberlo conversado arduamente con Cilia Flores, concederle otro puesto más acorde con sus capacidades y destrezas convirtiéndose así en el primer Vice-presidente capaz de la república, según él mismo expreso en la primera entrevista que dio en su nuevo cargo. “¡Eficiencia, patria, socialismo, y hail hydra!”, acotó como lema al despedirse y levantarse trotando al baño porque se estaba cagando.

Meses después una noticia movió los cimientos más profundos de su ideología política al darse cuenta que su amigo, compañero de lucha, y quien le prestó el libro de “Mi Jardín” que nunca devolvió, estaba muriendo, cáncer, “Esa enfermedad maldita que te arranca los sueños.”, pensó acongojado nuestro querido vice-presidente. De vez en cuando, y de cuando en vez, se lo veía dirigiéndose a la habitación de Hugo a llevarle helados teta de su propia receta, a contarle historias de como cuando era pequeño era carpintero, a mostrarle la espada de adamantino que había forjado en Runescape, y haciendo malabares con algunos de los jarrones y adornos caros que se encuentran por toda la casa presidencial de Miraflores. Siempre con lágrimas en los ojos, y con cara de estarse cagando, porque siempre se estaba cagando, siempre la estaba cagando, la mierda siempre estaba en su mente también, y se empezó a embrutecer cada vez más y más. Algunos especuladores dicen que cayó más bajo que drogadicto aspirando tiza. Diciembre de ese mismo año Chávez muere, mientras todos intentan conseguir alguna traza de la fortuna que dejó el difundo comandante, Maduro estaba realmente triste, cuando salió a dar la noticia casi 5 meses después luego de mucha preparación, y añadiendo varios químicos a sus ojos lloró en cadena nacional mientras todos los demás seguían intentando conseguir tajadas de la herencia perdida del comandante, tal y como los niños hacen cuando rompemos las piñatas en los cumpleaños. Maduro realmente fue uno de los pocos que no se echó Corilín en los ojos para parecer haber llorado por horas, él…realmente lloró lágrimas de sangre, lágrimas que salieron de su propio corazón.

19 de Abril de 2013 Maduro resulta electo muy, muy, muy legalmente presidente número 51 de la República Bolivariana de Venezuela, y empezó su reino de terror, venganza para quienes usaron Corilín, y resentimiento para con sus opositores, a quienes culpó de todos los asesinatos, robos, violaciones, desastres naturales, bajas económicas, falta de Super Popis en los almacenes y demás desgracias ocurridas en el país, su alma maldita y negra reclamó sangre y tributos a todos aquellos que osaban a llevarle la contraria, el plan “Tsuki no me keikaku” había dado frutos. Las colas de mierda largas y molestas ahora eran colas sabrosas, la escasez de insumos ahora era culpa de una guerra económica, los asesinatos en el país eran obra de la especulación y sentimientos injustificados de inseguridad por parte de los ciudadanos del país, y los cortes constantes de luz eran obra de un calvo saboteador en una de las plantas eléctricas, que tenía como hobby apretar botones aleatoriamente en la consola de comandos “Para ver qué pasa...” según se refirió la organización en varios informes redactados seria y concienzudamente. Las personas cegadas por su amor incondicional y absurdo hacia el presidente difunto, y el sueño infinito de vivir en un país de las maravillas a pesar de estarse convirtiendo en un pedazo de carne sin sentimientos ni aspiraciones, no peleaban, no luchaban, y cuando lo intentaron fallaron porque la voluntad de Maduro y haber terminado el curso avanzado de Ingles El Nacional, habían probado que ya no era el mismo chico que vendía tetas en los autobuses.

Nicolás Maduro finalmente se alzó como nuevo supremo líder, y bufón por excelencia en los cumpleaños de tus hijos, aunque nadie lo recomienda puesto que siempre se encuentran botellas de miche vacías en el sombrero con campanitas que usa. Sus pies bien puestos en la tierra le permiten desafiar las leyes de gramática, las leyes de la física, los sistemas de medidas internacionales, y agarrar con una sola mano dos ñames grandotototes. En definitiva estamos ante la presencia de un ser que va más allá del bien y el mal, ese ser que se pasea en el crepúsculo, ese ser que disfruta de las noches negras y los miches chimbos, y a quien según dicen, le quedan mejor los helados de vainilla de teta. Un ser supremo, un Kapuskicapubul, como él mismo se autodenominó en cadena nacional. Un hito en la historia de Venezuela.




Agradecimientos y frases de despedida:
“¡Gracias Maduro por existir!” – Uno de sus Padrastros.
¡Me quedas debiendo esa mardito mamaguebo!” – Victor Andres, su excompañero del metro.
¡Ya no me quedan más cajas chamo! ¡Vete pal coño!” – Joseíto, el dueño de la licorería donde Maduro siempre compró el miche.
 “Todavía recuerdo esa tética, mmmm riquísimo…” – Vicente, uno de los conductores de buses en los que trabajó.
“¡Coño e la madre el Arroz!” – Cilia Flores, su esposa, contrariada al darse cuenta de que Maduro seguía viéndose al espejo.
 “¡Métete esas botellas por el culo mariquito!” – Henry Ramos Allup, luego de encontrar una botella de miche adulterado en su bolso.

“¡Vea nico me lo voy a meter culo arriba hijueputa! ¡Si no me dice ya de dónde sacó esa plata!” – Doña María Moros, luego de que Maburrito le entregara una de sus pagas completas.